SANTA ISABEL DE PORTUGAL
Etimológicamente significa “ la que jura por Dios”. Viene de la lengua hebrea. Isab =promesa. El = Dios.
Todos los padres desean para sus hijos lo mejor en educación, en que su vida sea más afable, bienestar personal y una vida mejor que la que ellos han tenido y que ellos superen con mucho a loa papas.
Es normal. Isabel mujer celebre con condiciones muy especiales, hija del rey Pedro III y emparentada con otros reyes y hasta con emperadores, es decir de la realeza, fue educada con suma atención en todos los componentes de una rica personalidad.
Según la costumbre antigua, los padres la casaron a los 15 años con el rey de Portugal, por lo regular cuidaban sus intereses y su provenir aparte de que ellos mantenían su posición o hasta mejoraban, este rey de Portugal era mal educado y mujeriego, ligero en sus conceptos de la didelidad y el resguardarse detrás de su posición.
Menos mal que, al menos, respetaba la santidad y las buenas obras que su mujer llevaba a cabo, pies veía en ella ese reflejo diferente de lo que él conocía.
Cada día vivía la Eucaristía con devoción increíble desde pequeña le resaltaba ese amor y celebración tan entregada y le gustaba orar con los salmos, los recitaba y a la vez se deleitaba en los Salmos.
En el palacio vivía como una pobre en la comida, en cuanto a cantidad y suntuosa y en el trabajo le gustaba realizar trabaos que bajo otras condiciones le tocaba trabajar a la muchedumbre. Más pensaba en los pobres que en sí misma. Por eso, no es de extrañar, que dedicara mucho tiempo a atender los pobres. Para estos construyó albergues, escuelas y casas de acogida para mujeres de mala vida. Inteligente y aún de tener un esposa tan diferente este mismo no le negaba nada.
Si alguna joven o joven mostraba deseos de entrar en la vida religiosa, ella misma les ayudaba con dinero y con ropa, es decir los apadrinaba.
De su matrimonio tuvo dos hijos: Alfonso, heredero al trono, y Constante, futura reina de Castilla. El enemigo principal que encontró en su camino real fue a su propio padre pues seguía siendo un hombre que quería controlar su vida para sus intereses. Gracias a su madre pudo hacer las paces con él.
Solía decirle y escribirle a su hijo estas palabras.”Por Santa María la Virgen, te pido que hagas las paces con tu padre. Mira que los guerreros queman casas, cultivos y destrozan todo. No con las armas, hijo, no con las armas, arreglaremos los problemas, sino dialogando, consiguiendo arbitrajes para arreglar los conflictos. Yo haré que las tropas del rey se alejen y que los reclamos del hijo se atiendan, pero, por favor, recuerda que tienes deberes gravísimos con tu padre como hijo y como súbdito con el rey”.
Trabajando por la paz familiar y cansada se fue a un convento en el que murió el 4 de julio de 1336.
