Billete Celador -Un Mensaje para Ti Guardia de Honor-
La Pecadora…
Parroquia de San Pío X
Un Fariseo le rogó que comiera con él, y entrando en la casa del fariseo, se puso a la mesa. Había en la ciudad una mujer pecadora pública. Al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro de perfume, y, poniéndose detrás, a los pies de Él, comenzó a llorar, y con sus lágrimas le mojaba los pies y con los cabellos de su cabeza se los secaba, besaba sus pies y ungía con el perfume.
Lucas 7, 36-38
San Gregorio: La mujer afligida por sus torpezas, corre a la fuente de la misericordia y no se ruboriza ante los convidados. Tiene el alma invadida de un amor doloroso, y en el convite no se avergüenza de llorar. La mujer había usado los ojos para mirar cosas terrenas, ahora en la penitencia los deshace en llanto. Había usado las trenzas para ornamento del rostro, y para atractivo de seducción, ahora con las trenzas enjuga los pies divinos. Con la boca había dicho cosas lascivas y soberbias, ahora con la besa los pies adorables. Había perfumado con ungüento su carne pecadora, ahora los derrama juntamente con su llanto para embalsamar a Jesús. Las manos, los ojos, la boca, los cabellos, todo fue transformado en medio de expiación amorosa. Así el amor que prevaricó en las locuras del mundo, no tiene razón de abandonarse a profunda tristeza y a la desesperación. Es devuelta así la esperanza a aquellas mujeres que, envilecidas por el vicio, podrían pudrirse en la corrupción y perderse, mientras que, con la penitencia, pueden reintegrarse en la sociedad y ser mejores que las demás.
Jesús se deja amar por la mujer pecadora, ella en un acto de amor y humildad usa sus dones para adorarle y mostrarle el arrepentimiento de sus pecados.
Hoy el hombre en todos los ámbitos donde se desarrolla, se esmera por poseer los primeros lugares, los primeros puestos, ser reconocido, ser valorado, busca poder, tener subordinados… aunque a veces, no sea tan aceptado y querido por los demás, pero eso no importa, lo importante es “destacar” y ser reconocido como el mejor. Otros tan soberbios creyendo no necesitar de nadie e incluso de Dios. Algunos sintiéndose tan buenos que no se esfuerzan por cambiar, por pedir perdón a Dios…
La soberbia y el orgullo son sentimientos de sobrevalorización de uno mismo por encima de los demás que se manifiesta en la rebeldía, autoritarismo, envidia, crítica, malhumor, nunca aceptan sus propios errores.
La soberbia es un pecado capital que genera otros pecados.
¿Por qué se enorgullece el que es tierra y ceniza… Eclesiástico 10,9
Porque si alguno se imagina ser algo, no siendo nada se engaña a sí mismo. Gálatas 6,3
… aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón… Mateo 11,26
Dios no desprecia un corazón humilde.
Pocos son los humildes al servicio de los demás, pero, si los hay, empresarios que son justos con sus trabajadores que procuran el bien común, presidentes que luchan por la paz y por una nación más prospera, médicos dedicados a salvar vida y que comprometidos con su vocación, que hasta ayudan al enfermo para adquirir medicamentos que ellos mismos de manera tan generosa pagan, servidores que dan la vida por salvaguardar la de otros, jueces que en los tribunales saben impartir justicia y defender al oprimido, sacerdotes comprometidos que luchan por el bien de sus fieles… hombres de bien que son muy apreciados pues se saben ganar el cariño y valiosos para el mundo y poco reconocidos que en el anonimato hacen tanto bien y que no necesitan de aplausos o reconocimientos para seguir adelante en su misión, hombres valientes.
La Humildad es una virtud que me ayuda a reconocer mis debilidades, flaquezas, y limitaciones, y a reconocer los dones y carismas que posee la persona. Te da la capacidad de aceptar las debilidades y dones de los demás.
Grandes ejemplos de humildad encontramos en la Sagrada Escritura: La Virgen María madre de Dios, he aquí la esclava del Señor hágase en mi… Moisés, ¿Quién soy yo para ir al faraón y sacar de Egipto a los hijos de Israel? Jacob: ¿Qué poco merecía yo todas las mercedes y toda la confianza que has dado a tu siervo. Abraham: “En verdad es un atrevimiento el mío al hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza. Gedeón: “Perdón, Señor mío ¿cómo voy yo a salvar a Israel?
Revestíos, pues, como elegidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de bondad, humildad, mansedumbre, paciencia… Colosenses 3,12
Qué hermoso ejemplo de humildad y conversión nos muestra la mujer pecadora, ella usa para el bien todas sus facultades del alma, los sentidos del cuerpo, sus bienes materiales y su tiempo para mostrar su cambio de vida. Que fe y confianza tan grande muestra al darlo todo por consentir a Jesús. Ella se presenta como alguien que conoce muy bien a Jesús segura que no le rechazara.
Tratemos al igual que la mujer pecadora reparar el daño causado por todos nuestros pecados, poniendo nuestros dones y carismas al servicio de los demás, esforzándonos en hacerlo con amor.
¿Y nosotros hermanos, ya nos hemos convertido? ¿Ya nos hemos reconocidos pecadores y necesitados del amor de Dios?
Es necesario amar y ser comprensivos para llegar a la plenitud humana.
Oremos para que valoremos más el Sacramento de la Confesión.
Gracias Padre Bueno por el amor con que instruyes nuestra vida y la conduces a la salvación. Ayúdanos a practicar la humildad y a perseverar en la caridad.
Oremos para que todos cumplamos fielmente la penitencia dada por el sacerdote que absolvió nuestros pecados.
Oremos por todas las necesidades de nuestra Iglesia en especial por: santo Papa Francisco, Papa Emérito Benedicto XVI, Arz. Alfonso Cortes Contreras, Arz. Emérito José Guadalupe Martin Rabago, Obispo Juan Pallares, por todos los Obispos y sacerdotes del mundo en especial por: P: Eduardo Contreras, P. Mario García, P. Juan Manuel Fernández, P. Silverio Chávez Ayala, P. Jorge Avalos, P. Chuy Salazar, P. Chuy Reyes, P. José López, P. Valentín Garibay, P. Joel Padrón González, P. Juan María Huerta Muro, P. Roberto Velázquez, P. Cástulo Zavala, Padre Rito, Párroco Tomas M. Zielinski por todos los seminaristas en especial por Francisco Idalino Servin Medina, Diego Antonio Álvarez Ibarra, Emmanuel Ayala, Alfredo Moreno, Miguel Ángel Arellano del Río, por todas las órdenes religiosas, vocaciones sacerdotales, Misioneros, Diáconos, todas las autoridades eclesiales, Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión, todos los Ministerios en especial Catequesis infantil, Familia, Comunidades, Epso Caritas, Evangelización, Liturgia, Música, Ministerio de Jóvenes, Pastoral de la Salud, Visitan la Cárcel, todos los Servidores de la Iglesia.
Celadores del Santísimo Sacramento y Guardias del Sagrado Corazón de Jesús.
Oremos por todos nuestros hermanos enfermos en especial por: Maggi Goytortua (cáncer) Silvia Escalante, Rebeca Guzmán González (cáncer) Evelyn Magaña (corazón) María Gutiérrez (cáncer) Tina Márquez (piernas) Carlos Cordero, Silvia Escalante, J. Carmen Ibarra Grande, Fina Grande, María de Jesús Torres, Angelina y Raquel Hernández Herrera (corazón y Diabetes) Isaac Álvarez Prado (diabetes), Hugo Alberto Álvarez Reyes (diabetes), Felipe de Jesús Delgado (diabetes), Angélica Zermeño (diabetes) Beatriz Fernández Ortiz (cáncer) Pepita Núñez, Gela (columna) Aurorita Rodríguez (rodillas) Sra. Elías, Sra. M. de Jesús Bañuelos, Ana María Peredo, Ma. Teresa González, Joven Alberto Jorge Padilla, Manuel Belmonte, Lolis Belmonte, Gela Guerra, Juan Ramírez (perdida de vista) Juan Revilla (ojos) Ma. Alejandra Oramas Ramírez, Gabrielita Molina Arroyo (estrabismo) Evelyn Ramírez (asma) Ana Milena (embarazo) Mary Carmen (tumores cabeza) Manuelita Aldape (piernas) Magda (columna) Silvia Lara, Miranda Morales, Renata Aldana, Vicente (grave) Arturo Elizondo, Angélica y Gaby Rodríguez Reynoso, Raúl Márquez, Paola (parto) Juana Duran Vargas, Martina Crespo, Jaime G. Tapia, Jorge Arturo, Refugio Muñoz, Salvador Muñoz, Ángeles Muñoz, Diana García, Juan José Guerra, Ricardo carrera, José Luis Salgado (cáncer de riñón muy grave) Dr. Ramón González.
Oremos por la conversión de todos los pecadores y en especial la conversión propia.
Oremos por todas las personas viajaran para acompañar a nuestro querido Arzobispo Alfonzo Cortes a Roma para que regresen con bien.
Oremos para que nuestro Padre santo nos siga bendiciendo con la lluvia.
Oremos por todos los agonizantes para que reciban la gracia de la conversión final y todas las almas del Purgatorio
Oremos por todos nuestros hermanos que están en la cárcel, por todas sus necesidades.
¡¡¡Unidos en la Eucaristía!!!
