Oración por la humildad.. P. Ignacio Larrañaga
Señor Jesús, manso y humilde.
Desde el polvo me sube y me domina esta sed
De que todos me estimen, de que todos me quieran.
Mi corazón es soberbio.
Dame la gracia de la humildad,
Mi Señor manso y humilde de Corazón.
No puedo perdonar,
El rencor me quema,
Las críticas me lastiman,
Los fracasos me hunden,
Las rivalidades me asustan.
No sé de donde me vienen estos locos deseos de imponer mi voluntad,
No ceder, sentirme más que otros.
Hago lo que no quiero.
Ten piedad, Señor,
Y dame la gracia de la humildad.
Dame la gracia de perdonar de corazón
La gracia de aceptar la crítica y aceptar
Cuando me corrijan.
Dame la gracia de poder, con tranquilidad,
Criticarme a mí mismo…
La gracia de mantenerme sereno en los desprecios, olvidos
E indiferencias de otros.
Dame la gracia de sentirme verdaderamente feliz,
Cuando no figuro,
No resalto ante los demás,
Con lo que digo,
Con lo que hago.
Ayúdame Señor, a pensar menos en mi y
A abrir espacios en mi corazón para que los puedas ocupar Tú y mis hermanos.
En fin, mi Señor Jesucristo,
Dame la gracia de ir adquiriendo poco a poco
Un corazón manso, humilde, paciente y bueno.
Cristo Jesús, manso y humilde de Corazón,
Haz, mi corazón semejante al tuyo.
Así sea.
Gracias, Paty.
Me atrevo a confirmar que el Señor nos concede paulatinamente y “en abonos” la gracia de las virtudes que esta oración solicita. La paciencia para recibirlas es esencial.
Reconozco que el Señor sigue obrando en mí y poco a poco me va moldeando. A menudo pone gente en mi vida que ocasionan o facilitan los cambios de corazón que necesito.
Aunque no nos conocemos, le agradezco a usted ser una de esas personas y pido que Dios bendiga sus buenas obras.
Querido hermano Ramón Saldaña: muchísimas gracias por escribirnos!!! Esta oración es de mis favoritas! expresa muy bien cuanto necesita ser sanado nuestro corazón!! Le agradezco sus bellas palabras, me motiva a trabajar!! Dios le bendiga!!! Unidos en oración!