Salmo 31 (32). Lunes 27 de Mayo de 2013.
“PERDONA, SEÑOR, NUESTROS PECADOS”.
Dichoso el que es absuelto de pecado
y cuya culpa le ha sido borrada.
Dichoso el hombre aquel
a quien Dios no le nota culpa alguna
y en cuyo espíritu no se halla engaño.
Te confesé mi pecado,
no te escondí mi culpa.
Yo dije:” Ante el Señor confesaré mi falta”.
Y tú, tu perdonaste mi pecado,
condonaste mi deuda.
Por eso el varón santo te suplica
en la hora de la angustia.
Aunque las grandes aguas se desbordasen,
no lo podrán alcanzar.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México
Gracias Señor por tu perdón, porque nadie puede entonces negarse a la vida y además todos sin excepción podremos estar contigo en la vida eterna. Qué fácil y qué dificil entenderlo cuando existe la posibilidad de encontrarse de frente al “enemigo” entonces comprendo tu perdón y el reto para llevarlo a cabo, pero nada es imposible para tí, en tí confio.