Himno. El santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo.
Liturgia de las horas para los fieles.
Vísperas.
Publica, lengua, y canta
El misterio del Cuerpo glorioso
Y de la Sangre santa
Que dio por mi reposo
El fruto de aquel vientre generoso.
De allí en nueva manera
Dio fin maravilloso a su jornada
La noche ya postrera,
La noche deseada,
Estando ya la cena aparejada.
Convida a sus hermanos,
Y, cumplida la sombra y ley primero,
Con sus sagradas manos
Por el legal cordero
Les da a comer su Cuerpo verdadero.
Aquella criadora
Palabra, con palabra, sin mudarse,
Lo que era pan ágora
En carne hace tornarse
Y el vino en propia sangre trastornarse.
Y puesto que el grosero
Sentido se acobarda y desfallece,
El corazón insano
Por eso no enflaquece,
Porque la fe le anima y favorece.
Honremos pues, echados
Por tierra, tan divino sacramento,
Y queden desechados,
Pues vino el cumplimiento,
Los ritos del antiguo Testamento.
Y si el sentido queda
Pasmado de tan alta y nueva cosa,
Lo que él no puede pueda,
Ose lo que él no osa,
La fe determinada y animosa.
¡Gloria al omnipotente,
Y al gran Engendrador y al Engendrado,
Y al inefablemente
De entrambos inspirado
Igual loor, igual honor sea dado!
Amén.