¡Cómo te quiero! Amado Nervo
¿No sabes cómo ama el ave al polluelo que nació con su calor grato y suave y que trinar aún no sabe?
Pues aún más te quiero yo.
¿Sabes cómo ama la fuente a la rosa que brotó junto a su mansa corriente purísima y transparente?
Pues aún más te quiero yo.
¿No sabes cómo ama el viento las hojas con que cubrió Dios el árbol corpulento de firme y añoso asiento?
Pues aún más te quiero yo.