Billete Celador -Un Mensaje para Ti Guardia de Honor-
Curación del siervo del centurión…
Parroquia de San Pío X
Una vez concluidas todas estas palabras al pueblo, entró en Cafarnaún. Se encontraba enfermo y a punto de morir un siervo de un centurión, muy querido de éste. Habiendo oído hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos para rogarle que viniera y salvara a su siervo.
Estos, llegando hasta Jesús, le suplicaban insistentemente, diciendo: “Merece que se lo concedas, porque ama a nuestro pueblo y el mismo nos ha edificado la sinagoga” Iba Jesús con ellos y estando ya no lejos de la casa, envió el centurión a unos amigos a decirle: “Señor no te molestes, porque no soy digno de que entres bajo mi techo, por eso ni siquiera me considere digno de salir a tu encuentro. Mándalo de palabra y quede sano mi criado.Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a este “Vete”, y va; y a otro: “Ven”, y viene; y a mi siervo: “Haz esto, y lo hace” Al oír esto, Jesús quedó admirado de él, y volviéndose dijo a la muchedumbre que le seguía: “Os digo que ni en Israel he encontrado una fe tan grande” Cuando los enviados volvieron a la casa hallaron al siervo sano.
Lucas 7,1-10
San Juan Crisóstomo: El centurión no lleva a Cristo a su siervo con su camilla, ni dice: ven y cúralo. Cuenta el hecho y cree que la sola narración baste a Jesús, para que Él hable de lejos y realice el milagro.
Si un pagano, antes de ser bautizado ya tenía tanta fe, ¡Cuanta más deberíamos de tener nosotros, ya Bautizados!
El hombre de hoy confía su vida y pone sus esperanzas en manos humanas, el hombre busca solucionar sus problemas y dirige su vida según las predicciones de cartas, horóscopos, curanderos, hechiceros, riquezas y bienes materiales… e incluso solo confía en santos. El hombre se ha olvidado de la promesa de Cristo: “Yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo”. Él cumple todo lo que promete. Cristo se ha quedado entre nosotros, con toda su divinidad, en su presencia viva y real en la Eucaristía. Pero, desafortunadamente hoy, pocos son los que con ojos de fe le buscan y piden su ayuda.
Hay cristianos que viven su vida en extrema confianza, pensando que Dios les perdonara todo, sin hacer el más mínimo esfuerzo por alcanzar la salvación, otros totalmente desconfiados de todo y sin fe, llenos de prejuicios y siempre en espera de milagros para poder creer. Otros creyéndose autosuficientes, confiando solo en ellos, viviendo sin Dios. Estos extremos no son buenos y nos llevan a una vida de desesperanza, de desilusión, tristeza…
El hombre no se sacrifica por alguien sino por algo y la verdadera alegría no procede de algo sino de alguien.
Bueno es Yahveh para el que en Él espera, un refugio en el día de la angustia, Él conoce a los que en Él se acogen. Nahúm 1,7
Dios se complace en los que esperan en su amor.
Los dones de Dios los reciben los que están abiertos a la Esperanza.
La Esperanza es una virtud, que genera sentimientos positivos como los son el entusiasmo, la felicidad o confianza, nos hace ser amables y amistosos con los demás, con la esperanza es posible superar obstáculos y tener metas. Nos empuja a actuar y a tomar decisiones, a mantenernos motivados y hacia nuestro objetivo. La falta de esperanza empobrece la vida de la persona llevándola a una vida vacía. Tener esperanza te hace confiar que Dios te ayudara en todos los ámbitos de la vida: en el trabajo, familia, salud…
La esperanza se alcanza con la oración
El cristiano experimenta un crecimiento en la fe, no sólo porque comprende mejor lo que cree sino porque la luz de Dios y la capacidad de amar han ido penetrando en las diferentes aéreas de la personalidad. El adulto adquiere una visión más amplia y compleja del mundo, un conocimiento más acertado de lo que lleva consigo. Si deja que Dios trabaje en él, entonces su manera de ver a Dios y su oración va a transformarse y a transformarlo.
Cristo tiene poder para sanar… para Él todo es posible, pero es necesario:
Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y se abrirá la puerta al que llama”. Mateo 7,7-8
¿Por qué alma mía, desfalleces y te agitas por mí? Espera en Dios: ¡aún le alabare, salvación de mi rostro! Salmo 42,6
Tratemos de perseverar en la virtud de la Esperanza, siendo constantes en la oración y buscando ser guiados por el mejor Maestro de la oración, Jesús sacramentado.
Padre Bueno y Eterno alabamos y bendecimos tu santo nombre por el inmenso amor con el que has querido quedarte para nuestro bien en el santísimo Sacramento gracias por el privilegio de poder recibir tu Cuerpo y tu Sangre, por ser tu nuestra fortaleza y refugio en los días de angustia y motivo de gozo y alegría al recibir sin igual manjar.
Supliquemos la gracia de poder interceder por todas las necesidades de nuestros hermanos enfermos y las necesidades de todo el mundo así como nos enseña la Sagrada Escritura insistentemente para que sean escuchadas nuestras suplicas.
Oremos por todas las necesidades de nuestra Iglesia en especial por: santo Papa Francisco, Papa Emérito Benedicto XVI, Arz. Alfonso Cortes Contreras, Arz. Emérito José Guadalupe Martin Rabago, Obispo Juan Pallares, por todos los Obispos y sacerdotes del mundo en especial por: P: Eduardo Contreras, P. Mario García, P. Juan Manuel Fernández, P. Silverio Chávez Ayala, P. Jorge Avalos, P. Chuy Salazar, P. Chuy Reyes, P. José López, P. Valentín Garibay, P. Joel Padrón González, P. Juan María Huerta Muro, P. Roberto Velázquez, P. Cástulo Zavala, Padre Rito, Párroco Tomas M. Zielinski por todos los seminaristas en especial por Francisco Idalino Servin Medina, Diego Antonio Álvarez Ibarra, Emmanuel Ayala, por todas las órdenes religiosas, vocaciones sacerdotales, Misioneros, Diáconos, todas las autoridades eclesiales, Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión, todos los Ministerios en especial Catequesis infantil, Familia, Comunidades, Epso Caritas, Evangelización, Liturgia, Música, Ministerio de Jóvenes, Pastoral de la Salud, Visitan la Cárcel, todos los Servidores de la Iglesia.
Celadores del Santísimo Sacramento y Guardias del Sagrado Corazón de Jesús.
Oremos por todos nuestros hermanos enfermos en especial por: Maggi Goytortua (cáncer) Silvia Escalante, Rebeca Guzmán González (cáncer) Evelyn Magaña (corazón) María Gutiérrez (cáncer) Tina Márquez (piernas) Carlos Cordero, Silvia Escalante, J. Carmen Ibarra Grande, Fina Grande, María de Jesús Torres, Angelina y Raquel Hernández Herrera (corazón y Diabetes) Isaac Álvarez Prado (diabetes), Hugo Alberto Álvarez Reyes (diabetes), Felipe de Jesús Delgado (diabetes), Angélica Zermeño (diabetes) Beatriz Fernández Ortiz (cáncer) Pepita Núñez, Gela (columna) Aurorita Rodríguez (rodillas) Sra. Elías, Sra. M. de Jesús Bañuelos, Ana María Peredo, Ma. Teresa González, Joven Alberto Jorge Padilla, Manuel Belmonte, Lolis Belmonte, Gela Guerra, Juan Ramírez (perdida de vista) Juan Revilla (ojos) Ma. Alejandra Oramas Ramírez, Gabrielita Molina Arroyo (estrabismo) Evelyn Ramírez (asma) Ana Milena (embarazo) Mary Carmen (tumores cabeza) Manuelita Aldape (piernas) Magda (columna) Silvia Lara, Miranda Morales, Renata Aldana.
Oremos por todos nuestros hermanos que no tienen fe, para que nuestro Padre los fortalezca en la esperanza.
Oremos por la conversión de todos los pecadores y todos los alejados de Dios.
Oremos por todos los que están en la cárcel para que nuestro padre los ayude en todas sus necesidades y logren un cambio de vida.
Oremos a nuestro Padre nos bendiga con un buen temporal.
Oremos por todos los campesinos para que nuestro Padre ayude en todas sus necesidades.
¡¡¡Unidos en la Eucaristía!!!
