Billete Celador – Un Mensaje para Ti Guardia de Honor-
El Pan y el pez
Parroquia de San Pío X
Nada más saltar a tierra, ven preparadas unas brasas y un pez sobre ellas y pan. Díceles Jesús: “Traed algunos de los peces que acabáis de pescar.” Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y, aún siendo tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: “venid y comed” Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: “¿Quién eres tú?”, sabiendo que era el Señor. Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da; y de igual modo el pez. Esta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos.
Juan 21, 9-14
Jesús les dijo: traed de los peces que acabáis de pescar. Pedro, espontáneamente, acaso por ser el dueño de la barca, subió a ella y arrastró la red a tierra. Al hacer el recuento, resultó que habían pescado 153 grandes peces. Este número simboliza la universalidad de la Iglesia. Venid y comed: terminada la pesca, el Salvador invita a los apóstoles a la mesa, donde encuentra el desayuno que les tenía preparado ¿Que significa el pez y el pan sobre las brasas, que Cristo les prepara milagrosamente y que luego les da a comer? Demuestran su caridad, su solicitud hacia los apóstoles, y prueba la realidad de su Resurrección, como lo hizo en otras ocasiones en las que comió El mismo como garantía de la realidad de su cuerpo. El evangelista destaca que ninguno se atrevió a preguntarle quién era, pues sabían que era el Señor, puesto que ya lo habían reconocido. La red que no se rompe simboliza a la Iglesia, cuyo pastor será Pedro.
Jesús con sus manos divinas prepara la mesa y sirve la comida a sus amados discípulos.
Jesucristo en cada una de sus apariciones da testimonio de su Resurrección, pero en esta ocasión no solamente muestra su divinidad, sino que además, se solidariza con sus discípulos y Él mismo es quien prepara todo lo necesario para que puedan tomar alimento. Cristo siempre muestra el inmenso amor que tiene para los suyos, y en este pasaje de la Sagrada Escritura nos enseña a ser serviciales y a practicar la humildad.
Reconocer y recibir a Jesús presente en la Eucaristía nos compromete, a tener los mismos sentimientos de compasión, bondad, nobleza, empatía, amabilidad, alegría, diligencia, convivencia, calidez, sensibilidad… que Él tiene para todos los que sufren, buscando siempre el bienestar de los demás, del enfermos, del desvalido… pero siempre movidos por el amor.
Grandes enseñanzas nos da Cristo con su Resurrección.
Los discípulos después de haber obedecido la orden de Jesucristo de pescar a la derecha, se presentaron ante Él con una gran cantidad de peces grandes fruto de su esfuerzo por agradar a Jesús.
“Venid a mi todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallareis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera” Mateo 11,28-29
Jesús les pide traigan los peces que acaban de pescar para unirlo al que Él tiene como símbolo de Comunión.
En la celebración Eucarística Jesús nos prepara con su Palabra, con sus enseñanzas para recibir su Santísimo Cuerpo y Sangre, al levantarnos para recibirle es símbolo de aceptación de cumplir sus mandatos, sus enseñanzas y de hacer su Voluntad. Y así como los discípulos le presentaron los peces fruto de la pesca, así también nosotros le presentamos los frutos de nuestro servicio como signo de Comunión con Él.
Jesús manifestó el infinito amor que nos tiene dándose a Si mismo para alimento de nuestra alma.
San Juan Eudes: “para ofrecer bien una Eucaristía se necesitarían tres eternidades: una para prepararla, otra para celebrarla y una tercera para dar gracias.”
San Juan María Vianney: Que feliz es ese Ángel de la Guarda que acompaña al alma cuando va a Misa.
San Francisco de Asís: “El hombre debería temblar, el mundo debería vibrar, el Cielo entero debería conmoverse profundamente cuando el Hijo de Dios aparece sobre el altar en manos del sacerdote”
Cristo no se conformo con darnos la Salvación sino que además quiso quedarse con nosotros para ser nuestro amigo, consuelo, nuestra fuerza, nuestra fortaleza…Él merece toda nuestra alabanza y amor.
Tratemos de corresponder a tanto amor y beneficios que recibimos adorándolo con todo nuestro corazón en la Eucaristía.
¿Nosotros al igual que los discípulos le presentamos a Jesús el fruto de nuestro servicio o trabajo?
Alabemos y demos gracias a nuestro Padre bueno, por su presencia Santa en la Eucaristía y tan inigualable regalo de poder recibir su Santísimo Cuerpo.
Supliquemos nos de la gracia de reconocerle presente en la Eucaristía.
Oremos para que nuestro Padre nos ayude a servirle dignamente.
Tratemos de poner siempre lo mejor de nosotros en nuestro servicio.
Oremos por todas las necesidades de nuestra Iglesia en especial por: santo Papa Francisco, Papa Emérito Benedicto XVI, Arz. Alfonso Cortes Contreras, Arz. Emérito José Guadalupe Martin Rabago, Obispo Juan Pallares, por todos los Obispos y sacerdotes del mundo en especial por: P: Eduardo Contreras, P. Mario García, P. Juan Manuel Fernández, P. Silverio Chávez Ayala, P. Jorge Avalos, P. Chuy Salazar, P. Chuy Reyes, P. José López, P. Valentín Garibay, P. Joel Padrón González, P. Juan María Huerta Muro, P. Roberto Velázquez, P. Cástulo Zavala, Padre Rito, Párroco Tomas M. Zielinski por todos los seminaristas en especial por Francisco Idalino Servin Medina, Diego Antonio Álvarez Ibarra, Emmanuel, por todas las órdenes religiosas, vocaciones sacerdotales, Misioneros, Diáconos, todas las autoridades eclesiales, Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión, todos los Ministerios en especial Catequesis infantil, Familia, Comunidades, Epso Caritas, Evangelización, Liturgia, Música, Ministerio de Jóvenes, Pastoral de la Salud, Visitan la Cárcel, todos los Servidores de la Iglesia.
Celadores del santísimo Sacramento y Guardias del Sagrado Corazón.
Supliquemos a Nuestro Padre Santo nos bendiga con la lluvia y ayude a todas las personas que se dedican al campo.
Oremos por todos nuestros hermanos enfermos en especial los que están hospitalizados graves.
Oremos por todos los que padecen cáncer, sida, diabetes, mal formaciones.
Oremos por todos los agonizantes para que nuestro Señor les dé luz para que sean fieles a su amor hasta el último momento y alcancen la gracia de gozar con Él en el cielo.
Oremos por todos los niños y jóvenes de todo el mundo por sus necesidades.
Oremos por todas las almas del Purgatorio para que pronto gocen del cielo.
Oremos por la paz en todo el mundo.
Oremos por todos nuestros hermanos de Boston que perdieron un ser querido y todos los que están convalecientes.
Oremos por todos los que no tienen trabajo.
Oremos por las necesidades de nuestros hermanos que están en la cárcel.
Oremos por todas las mamas que desean abortar, para que desistan.
Oremos por Corea del sur y Corea del Norte para que reine la paz.
¡¡¡Unidos en la Eucaristía!!!