Consagración de cada día al Inmaculado Corazón de María
Oh María, Reina y Madre mía, yo me consagro hoy a tu Corazón Inmaculado y me dedico a ti totalmente. Y en homenaje a esta consagración te ofrezco mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón y todo mi ser. Madre amantísima, puesto que soy todo tuyo, no dejes de protegerme y defenderme ahora y siempre. Amén
“Gloria por siempre al Poder, a la Sabiduría y al Amor infinitos de Dios por medio del Corazón de María, Madre nuestra”
“Corazón Inmaculado de María, rogad por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte.”