“La santísima Eucaristía es el don divinisimo salido de lo más intimo del Corazón del mismo Redentor…”Hora Santa
Parroquia de San Pío X
Se reza la Estación de Santísimo Sacramento…
Canto
//Oh Jesús te adoramos, ven quédate con nosotros//
- Tú eres el Dios vivo que bajas a la tierra y te haces alimento para darnos la vida
- En torno a tu mesa un solo cuerpo somos, en caridad unidos por el don de tu Cuerpo.
Lector A
Del Evangelio de San Juan 17, 1.24-28
Jesús levanto los ojos al cielo y dijo: “Padre yo quiero que donde yo estoy, estén también los que tú me has dado, para que contemplen mi gloria, la que tú me has dado, porque me has amado antes de la creación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido y éstos han conocido que tú me has enviado. Yo les he dado a conocer tu nombre y se los seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo esté en ellos”.
Palabra del Señor.
Hacemos unos momentos de silencio.
Compartimos la frase que más nos llega.
L1 Esto lo dijo Jesús cuando acababa de instituir la Eucaristía, llamada el “Sacramento del Amor”, porque en ella el amor de Cristo se desbordó hasta lo indecible, como nos dice el Concilio de Trento:
L2 Nuestro Salvador instituyó este Sacramento en el cual hecho el resto de las riquezas de su divino amor para con los hombres, dejándonos un monumento de sus maravillas.
L1 El Papa León XII dirá por su cuenta: “La santísima Eucaristía es el don divinisimo salido de los mas intimo del Corazón del mismo Redentor, que quería esta estrechísima unión con los hombres”.
L2 Y comentara el Beato Federico Ozanam: “En la Eucaristía se consuma el supremo abrazo de Cristo con los hombres”.
L1 Estas expresiones nos son algo que nos inventemos nosotros sino que son nacidas de la Palabra de Dios. El Cuerpo de Cristo que aquí nos comemos es aquel del que dijo Jesús: “Se entregara pos ustedes”.
L2 Fue una entrega nacida del amor más hondo, como es asegura San Pablo: “Cristo nos amo, y se ofreció a sí mismo a Dios en oblación y hostia de olor suavísimo”
L1 Por eso atrae nuestros corazones al verlo en la cruz: “Cuando yo sea levantado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mi”
L2 Y porque se dio por amor, ahora cosecha amor. Pues, al dársenos además en comunión, establece una unión tan intima entre Él y el comulgante, que los dos corazones se funden en uno solo: “Quien come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en Él”.
Como estas en medio de los apóstoles
Igualmente estas aquí, mi Bien amado y mi Todo
Oh, no estemos jamás fuera de la presencia
De la sagrada Eucaristía ni uno solo de los instantes
¡Que Jesús nos permita estar junto a ella!
Canto
Cantemos al Amor de los amores, cantemos al Señor,
Dios está aquí, venid adoradores adoremos a Cristo Redentor.
Gloria a Cristo Jesús, cielos y tierra, bendecid al Señor
Honor y gloria a Ti Rey de la Gloria, amor por siempre a ti, Dios del Amor.
Por nuestro amor oculto en el sagrario, su gloria y esplendor
Para nuestro bien, se queda en el sagrario esperando al justo y pecador
Amigos: ante el Señor Jesús, con un corazón contrito reconozcamos nuestras faltas de generosidad para con nuestras familias, por no esforzarnos en vivir el Plan de Dios para la familia, por la falta de amor y respeto a nuestros padres.
Hagamos unos momentos de silencio y meditemos en las faltas de amor y de respeto que hemos cometido.
L1 Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa, lava del todo mi delito, limpia mi pecado.
L2 Pues reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado, contra ti contra ti solo peque, cometí la maldad que aborreces.
L1 En la sentencia tendrás razón, en el juicio brillará tu rectitud, Mira que en la culpa naci, pecador me concibió mi madre.
Todos Te gusta un corazón sincero, y en mi interior me inculcas sabiduría. Rocíame con el hisopo quedare limpio, lávame, quedare más blanco que la nieve.
L2 Hazme oír el gozo y la alegría que se alegren los huesos quebrantados, aparta de mí pecador tu vista, borra en mi toda culpa.
L1 ¡Oh Dios! Crea en mi un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme, no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu.
Todos Devuélveme la alegría de tu salvación afiánzame con espíritu generoso; enseñare a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti.
L2 Líbrame de la sangre, ¡Oh Dios Salvador mío! Y cantara mi lengua tu justicia. Señor, me abrirán los labios, y mi boca proclamará tu alabanza.
L1 Los sacrificios no te satisfacen. Si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado un corazón quebrantado y humillado tu no lo desprecias.
Todos Señor, por tu bondad favorece a Sión, reconstruye las murallas de Jerusalén, entonces aceptaras los sacrificios rituales, ofrendas y holocaustos sobre tu altar se inmolaran novillos.
Presentemos a nuestro Padre con sinceridad aquellas cosas que en la vida de nuestras familias y de nuestra sociedad han oscurecido el plan de Dios. Después de cada petición responderemos Perdón Señor, Perdón.
L1 Por no saber agradecer el don de la vida
L1 Por no valorar lo que nuestros padres hacen por nosotros
L1 Por juzgar equivocadamente sus faltas, sin pensar que también son humanos.
L1 Por pedir y exigir más de lo que nos pueden dar.
L1 Por no esforzarnos en ser mejores hijos y mejores hermanos.
Continuemos con nuestra suplica de perdón ¿De qué le pedirías perdón a Dios en este momento?
Hacemos unos momentos de silencio.
Unamos ahora nuestras voces y cantemos con todo nuestro amor, con una actitud de confianza y de gratitud.
Cuanto he esperado este momento, cuanto he esperado que estuvieras así
Cuanto he esperado que me hablarás, cuanto he esperado que vinieras a mí.
Yo sé bien lo que has vivió, yo sé bien por qué has llorado
Yo sé bien lo que has sufrido, pues de tu lado no me he ido.
Pues nadie te ama como yo, pues nadie te ama como yo,
Mira la Cruz esa es mi más grande prueba, nadie te ama como yo.
Pues nadie te ama como yo, pues nadie te ama como yo.
Mira la Cruz fue por ti porque te amo, nadie te ama como yo.
Yo sé bien lo que me dices aunque a veces no me hablas,
Yo sé bien lo que en ti sientes aunque nunca lo compartas
Yo a tu lado he caminado, junto a ti yo siempre he ido
Aún que a veces te he cargado, yo he sido tu mejor amigo.
Después de haber recibido el perdón del Señor, démosle gracias en este momento por su fidelidad y por su amor manifestado en el don de nuestras familias.
L1 Te doy gracias, Señor de todo corazón, proclamando tus maravillas, me alegro y exulto contigo, y alabo en honor de tu santo nombre, Oh Altísimo.
L2 Yo te amo Señor, tú eres mi fortaleza, Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.
L1 Dios mío peña mía, refugio mío, escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte. Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos.
Porque Tú, Señor, vives en cada uno de nuestros hermanos y te amamos a ti cuando los amamos en ellos.
Señor Jesús, mantén y acrecienta en nosotros el amor.
Haz que nos demos a ellos con la misma generosidad con que Tú te nos diste a todos en este sacramento de amor.
Señor, Jesús, mantén y acrecienta en nosotros el amor.
Cantemos el Padre Nuestro….
Lector A
Testimonios
La Beata María Rafois llevaba en el hospital una vida durísima, de trabajo intenso, de cansancio continuo. El Señor Sacramentado era su fuerza durante el día y por la noche, cuando más necesitaba dormir, se pasaba largas horas en silencio profundo ante el Sagrario, donde la encontraban sus hermanas, que se estimulaban a hacer lo mismo. Jesús y los hermanos necesitados constituían para ellas un mismo y único amor.
Igual que la santa Madre Teresa de Calcuta, la cual nos cuenta su historia: Teníamos Adoración –nos dice- sólo una vez por semana. Pero en 1973 hubo una petición unánime de las hermanas. -¡Queremos Adoración todos los días!
Les insistí: ¿Cómo quieren que tengamos Adoración todos los días con tanto trabajo como nos agobia? El caso es que comenzamos con la Adoración diaria y he comprobado y lo digo con toda sinceridad, cómo desde entonces hay en nuestra comunidad un amor mucho más íntimo con Jesús, más comprensión entre todas, un amor con más compasión hacia los pobres y hemos duplicado el número de vocaciones.
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha se nuestro amparo contra la
Maldad y asechanzas del demonio
Reprímale Dios como rendidamente se lo suplicamos,
Y tú, Príncipe de la milicia celestial, armado del poder divino,
Precipita al infierno a Satanás y a todos los espíritus malignos
Que para la perdición de las almas andan por el mundo.
Amén.
Pp. León XIII
Canto.
//No podemos caminar con hambre bajo el sol,
Danos siempre el mismo pan tu cuerpo y sangre Señor//
- Comamos todos de este pan, del pan de la unidad
En un cuerpo nos unió el Señor por medio del amor.
- Señor, yo tengo sed de ti, sediento estoy de Dios
- Pero pronto llegare a ver el rostro del Señor.
¡¡¡Unidos en la Eucaristía!!!