2013 año de fe y calidad católica.
Con la enseñanza básica de su doctrina la Iglesia católica quiere empezar a formar como es debido a los católicos, se sabe de antemano que se puede encontrar con serias dificultades para la aplicación de las tareas de la nueva evangelización, resultado del Sínodo de los obispos; el objetivo de la Iglesia es muy claro y urgente a la vez, sí se quiere buenos católicos con una calidad de vida optima es necesario la formación y la fe juega el papel número uno de este gran proyecto; el nuevo catecismo de la Iglesia que se puso en marcha en el año 1992 es su parte introductoria contiene las palabras sobre ese depósito de la fe, hace mención del Concilio y a la vez resalta la acción apostólica de la Iglesia:
Conservar el depósito de la fe es la misión que el Señor confió a su Iglesia y que ella realiza en todo tiempo. El Concilio Ecuménico Vaticano II, inaugurado hace treinta años por mi predecesor Juan XXIII, de feliz memoria, tenía como propósito y deseo hacer patente la misión apostólica y pastoral de la Iglesia; y conducir a todos los hombres, mediante el resplandor de la verdad del Evangelio, a la búsqueda y acogida del amor de Cristo que está sobre toda cosa (cf. Ef 3,19).
Muchos católicos hacemos buenos propósitos de inicio de año tratando de ser mejores en varios aspectos de su vida que los han metido en problemas, o no fueron eficaces o en su defecto que pueden dar mayor fruto, algunos lo logran otros simplemente se quedaron en la buena intención y eso es lo que no queremos que suceda, 2013 tiene que ser los cimientos de una fe sólida tanto por la Iglesia como por los fieles, a medida que se den buenos resultados y respuesta positiva aun con la negativa, los planes de trabajo crecerán en motivación para seguir esa formación y crecimiento; aparentemente se puede enfrentar con dificultad de disposición por parte del fiel para estudiar el catecismo o los dogma de fe más importantes, más no debe impresionarnos tanto, recordemos a nuestros pequeños y nosotros mismo cuando empezamos nuestros estudios académicos, nos asustaba el kínder, no queríamos soltar la mano de mamá, incluso muchos lloramos esa separación cuando nos quedamos en esa escuela, pues así es la formación, al inicio duele, se puede pensar que uno ya está demasiado grande para estudiar y formarse y más en algo que no nos pagan, algunos podemos decir que no se nos pega nada, algunos más ven al estudiar muchos errores tanto de la Iglesia como del fiel y puede llegar a desanimarnos y hacer duro nuestro corazón, más es algo misterioso que el estudio de las cosas de Dios con el tiempo enamoran, ¿por qué será?, pues es el mismo Dios que con su palabra va taladrando el corazón de piedra que se formó con el tiempo; el numeral 1 del catecismo contiene desde su inicio varios dogmas que observamos los católicos, pero hay que saber porque los observamos aunque muchos sean como sabemos: “un misterio” y cita así este numeral:
1 Dios, infinitamente Perfecto y Bienaventurado en sí mismo, en un designio de pura bondad ha creado libremente al hombre para que tenga parte en su vida bienaventurada. Por eso, en todo tiempo y en todo lugar, está cerca del hombre. Le llama y le ayuda a buscarlo, a conocerle y a amarle con todas sus fuerzas. Convoca a todos los hombres, que el pecado dispersó, a la unidad de su familia, la Iglesia. Lo hace mediante su Hijo que envió como Redentor y Salvador al llegar la plenitud de los tiempos. En El y por El, llama a los hombres a ser, en el Espíritu Santo, sus hijos de adopción, y por tanto los herederos de su vida bienaventurada.
Dios.
Infinitamente perfecto.
Designio.
Bondad.
Creación.
Hombre.
Le llama.
Conocer.
Amarle.
Pecado.
Iglesia.
Redentor y Salvador.
Son varias palabras las entre otras y a la vez contienen en ellos temas de extraordinario valor que necesita saber el hombre para vivir una fe más firme, más enraizada en Cristo Jesús y esto es sólo un numeral, pequeña parte del catecismo; ciertamente los fieles ponemos varios obstáculos a la enseñanza con una gran cantidad de pretextos pero también es cierto que la Iglesia debe de estar a la altura de las circunstancias y con métodos más acordes a las necesidades mismas animando esa entrega a la formación. 2013 debe de ser el año que cambie el destino de nuestra Iglesia como ha habido grandes acontecimientos en la Iglesia que ha dado grandes giros en la fe; la calidad contra lo mucho va a ser un factor en la balanza que los dos actores principales van hacer que se incline de acuerdo a su acción individual y colectiva; nosotros como servidores deseamos y a la vez trabajamos para que se dé el resultado que todos buscamos como Iglesia: 2013 año de fe y calidad católica.