Descendió a los infiernos, al tercer día Resucito de entre los muertos.
El símbolo de los Apóstoles confiesa en un mismo artículo de fe el descenso de Cristo a los infiernos y su Resurrección de los muertos al tercer día, porque es en su Pascua donde, desde el fondo de la muerte, Él hace brotar la vida.
Descendió a los infiernos significa que al morir Jesús su alma santa fue a donde estaban las almas de los justos que murieron antes que Él o seno de Abrahán
Jesús fue a buscar aquellas almas santas para llevarlas consigo al cielo. Ningún hombre podía entrar en el cielo antes que Jesucristo. Jesús no fue al infierno de los condenados.
Jesús al tercer día después de su muerte, resucitó glorioso y triunfante para nunca más morir. La Resurrección tuvo lugar al alba del Domingo.
Jesús estuvo resucitado cuarenta días sobre la tierra.
Confirmó en la fe a sus discípulos, a quienes se apareció muchas veces, hablándoles del reino de Dios.
Subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso.
Jesús subió a los cielos cuarenta días después de su resurrección. La ascensión a los cielos fue en el monte Olivete en presencia de María Santísima y de los discípulos.
Está sentado a la diestra de Dios Padre… significa que Jesús tiene igual gloria que el Padre en cuanto a Dios y más que ningún otro ser creado en cuanto hombre.
Jesús subió al cielo para tomar posesión del reino que conquisto con su muerte. Para prepararnos tronos de gloria. Para ser nuestro Medianero y abogado delante del Padre Eterno.
Diez días después que Jesús subió a los cielos, envió al Espíritu Santo sobre los Apóstoles, en figuras de lenguas de fuego.
El Espíritu santo cambió a los Apóstoles de hombres ignorantes en sapientísimos, y de imperfectos en llenos de santidad. Los Apóstoles predicaron el Evangelio en todas partes, confirmando el Señor su doctrina con milagros. Los discípulos sellaron con su sangre la doctrina que predicaron.
Jesús como Dios, está en todas partes. Como hombre, está solamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.
Padre Bueno ayúdanos a que nuestra fe crezca cada día más, para que al contemplarte en el Santísimo Sacramento del Altar