De la carta del Apóstol San Pablo a Filemón 7-20. Jueves 15 de Noviembre de 2012.
“RECÍBELO, PERO YA NO COMO ESCLAVO, SINO COMO HERMANO AMADÍSIMO”.
Pues tuve mucho gozo y consuelo al tener noticias de tu caridad, ya que nuestros hermanos se sienten confortados por ti.
Por eso, aunque tengo en Cristo plena libertad para ordenarte lo que tendrías que hacer,
prefiero pedírtelo por amor. El rogante es Pablo, ya anciano, y ahora preso por Cristo Jesús,
y la petición es para mi hijo Onésimo, a quien transmití la vida mientras estaba preso.
Este Onésimo por un tiempo no te fue útil, pero ahora te va a ser muy útil, como lo ha sido para mí.
Te lo devuelvo; recibe en su persona mi propio corazón.
Hubiera deseado retenerlo a mi lado para que me sirviera en tu lugar mientras estoy preso por el Evangelio.
Pero no quise hacer nada sin tu acuerdo, ni imponerte una obra buena, sino dejar que la hagas libremente.
A lo mejor Onésimo te fue quitado por un momento para que lo ganes para la eternidad.
Ya no será esclavo, sino algo mucho mejor, pues ha pasado a ser para mí un hermano muy querido, y lo será mucho más todavía para ti.
Por eso, en vista de la comunión que existe entre tú y yo, recíbelo como si fuera yo.
Y si te ha perjudicado o te debe algo, cárgalo en mi cuenta.
Yo, Pablo, lo escribo y firmo de mi propia mano; yo te lo pagaré… sin hablar de la deuda que tienes conmigo, y que eres tú mismo.
Vamos, hermano, espero de ti este servicio en el Señor; reconfórtame en Cristo.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México