Del libro del Profeta Ezequiel 34,1-11. Miércoles 22 de Agosto de 2012.
“LES ARRANCARÉ MIS OVEJAS DE LA BOCA Y NO SE LAS VOLVERÁN A COMER”.
Se me comunicó esta palabra de Yavé:
Hijo de hombre, habla de parte mía contra los pastores de Israel, ¡profetiza! Les dirás a los pastores, Esta es una palabra de Yavé: ¡Ay de ustedes, pastores de Israel: pastores que sólo se preocupan de ustedes mismos! ¿Acaso el pastor no tiene que preocuparse del rebaño?
Se alimentan de leche, se visten con lana, sacrifican los animales gordos, pero no se preocupan de sus ovejas.
No han reanimado a la oveja agotada, no se han preocupado de la que estaba enferma, ni curado a la que estaba herida, ni han traído de vuelta a la que estaba extraviada ni buscado a la que estaba perdida. Y a las que eran fuertes, las han conducido en base al terror.
Sin pastores, mis ovejas se han dispersado: siendo así presa fácil de las fieras salvajes.
Mi rebaño se dispersó por las montañas y colinas; el resto está disperso por todo el país, y nadie se preocupa o sale en su búsqueda.
Por eso, pastores, escuchen la palabra de Yavé:
Tan cierto como que yo vivo, dice Yavé, que si mis ovejas quedaron expuestas a los ladrones, si se convirtieron en presa de las fieras salvajes, la culpa es de los pastores. Mis pastores no se preocuparon de mis ovejas, se preocuparon de sí mismos pero no del rebaño.
Por eso, pastores ( ),
Yavé habló: Me dirijo directamente a los pastores para quitarles mi rebaño. Ya no serán más los pastores de mi rebaño, pastores que sólo se preocupan de sí mismos. Arrancaré mis ovejas de su boca y ya no serán más su presa.
Porque esto dice Yavé: ¡Aquí estoy, soy yo! Vengo en busca de las ovejas, yo me ocuparé de ellas
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México