Devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Su Corazón divino llama a nuestro corazón y nos…

Devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Su Corazón divino llama a nuestro corazón y nos…

Devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Su Corazón divino llama a nuestro corazón y nos…

Parroquia de San Pío X

 

Cuando Israel era niño, lo amé y de Egipto llamé a mi hijo. Cuanto más los llamaba, más se alejaban de mí.

Oseas 11,1

 

San Agustín: Muerto Cristo, la lanza abre su costado para que broten los sacramentos con los cuales se forma la Iglesia. San Juan quien en la última cena se reclinó en el pecho del Señor para significar así que bebía de su Corazón los más profundos secretos.

 

En el Antiguo testamento nos habla veintiséis veces del corazón de Dios, considerado como el órgano de su voluntad: el hombre es juzgado en referencia al corazón de Dios. A causa del dolor  que su corazón siente por los pecados del hombre, Dios decide el diluvio, pero después se conmueve ante la debilidad humana y perdona. El profeta Oseas describe la dimensión del amor con el que el Señor se dirige a Israel,  en su incansable  predilección divina por su pueblo Israel,  cuyo pueblo responde con rechazo e ingratitudes; pero  sin embargo no abandona a Israel en manos de sus enemigos:

 

¿Cómo voy a entregarte, Efraín, como voy a soltarte Israel?… Mi corazón se convulsiona dentro de mí, y al mismo tiempo se estremecen mis entrañas.  Oseas 11,8

 

Sólo a través del Evangelio podemos llegar a conocer con mayor claridad  la Nueva Alianza  entre Dios y la humanidad, llevada a cabo por el Verbo Encarnado, mereciéndonos la gracia divina. Esta  Nueva Alianza es incomparablemente más noble y más sólida, porque, fue sellada con la Sangre sacrosanta de Aquel a quien llamamos el “Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” en la que nos demostró el inmenso amor que nos tiene. En el nuevo testamento mostró también Jesús su  compasión  ante los enfermos: leprosos, paralitico, ciego…

 

“Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo” Jn 13,1

Como símbolo de este amor que va más allá de la muerte, es su costado atravesado por la lanza. Cuyo testigo ocular es el apóstol  S. Juan “Uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua” Jn 19,34

La Sangre atestigua la realidad del sacrificio del cordero ofrecida por la salvación del mundo y el agua, símbolo del Espíritu, atestigua su fecundidad espiritual. La Sangre y Agua brotadas del costado de Cristo anuncian  los tiempos nuevos cuyos sacramentos son el Bautismo y la Eucaristía.

 

San Pablo Apóstol: El amor divino es como el principio y el culmen de la obra de la Encarnación y Redención.

 

Santo P. Pío XII: Su  Corazón sacratísimo no ha dejado nunca ni dejará de palpitar con imperturbable y plácido latido, ni cesara tampoco de demostrar el triple amor con que el Hijo de Dios se une a su Padre eterno y a la humanidad eterna de quien es cabeza mística con pleno derecho.

 

La misión del Espíritu Santo a los discípulos es la primera y esplendida señal del amor munifico, después de su subida triunfal a la diestra del  Padre”Yo rogare al Padre y os dará otro  Consolador para que esté  con vosotros eternamente”. El Paráclito es el Amor mutuo personal, con el cual el Padre ama al Hijo y el Hijo al Padre, es enviado por ambos y bajo lenguas de fuego infunde en el alma de los discípulos la abundancia de la caridad divina y de los demás dones celestiales. Esta efusión brotó también  del Corazón de nuestro Salvador, en el cual están encerrados todos los tesoros  de la Sabiduría y la Ciencia. Esta caridad divina es la que dio a sus apóstoles, mártires, doctores de la Iglesia  el celo intenso por predicar la verdad, defender la fe católica; es también  la  que alimenta las virtudes de los confesores y los lleva a realizar obras admirables y utilísimas, por la propia santificación y por la salud eterna y temporal de todo hombre,  finalmente la que lleva a todo hombre o mujer  de manera espontánea y alegre, a que renuncien a todos los sentidos y se consagren eternamente al amor del esposos Celestial. Santo Cura de Ars: El sacerdocio es el amor  del  Corazón de Jesús.

 

Su Corazón divino llama a nuestro corazón; y nos invita a salir de nosotros, a abandonar nuestras inseguridades humanas para Confiar en Él y siguiendo su ejemplo, a hacer de nosotros mismos un don de amor sin reservas como lo es Él.

Dejémonos conducir por el Corazón de Jesús

Es en el Sagrario donde ahora podemos meditar y contemplar  este divino Corazón y  donde  la abundancia de las riquezas  de la gracia de Dios se pueden recibir.

 

Los cristianos que honran al sacratísimo Corazón del Redentor cumplen el deber, por demás gravísimo que tienen de servir a Dios, y que juntamente se consagran a sí mismos y todas sus cosas, sus sentimientos internos y su actividad externa, a su Creador y Redentor, y que de este modo observan aquel divino mandamiento: “Amarás al Señor Dios tuyo con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas”. Santo P. Pío XII

 

La ferviente devoción al Corazón de Jesús fomenta y promueve, sobre todo,  el culto a la Santísima Cruz, y no menos que el amor al augustísimo del  Sacramento del Altar. Como ponen en evidencia las revelaciones de Jesucristo a Santa Gertrudis y a Santa Margarita María Alacoque.

 

Guárdame como tu sello sobre tu Corazón, como tu joya sobre tu muñeca. Porque es fuerte el amor como la muerte y la pasión, tenaz como el infierno; sus flechas son dardos de fuego, como llama de Yavé.

 

Cantar 8, 6

 

 

Oremos por todas las necesidades de la Iglesia en especial por el Papa Benedicto XVI, Arz. José Guadalupe Martín R. Obispo Juan Pallares, por todos los Sacerdotes del mundo en especial por: P. Eduardo Contreras, P. Mario García, P. Juan Manuel Fernández, P. Jorge Avalos, P. Chuy Salazar, P. Chuy Reyes, P. José López, P. Valentín Garibay,   Juan María Huerta Muro  Obispos, Cardenales, todas las órdenes religiosas, vocaciones sacerdotales, Misioneros, Diáconos, todas las autoridades eclesiásticas, Ministros de la Sagrada Comunión, Servidores de la Iglesia, todos los ministerios de la Iglesia en especial ministerio de Música y Evangelización, catequesis, familia, Liturgia,

Celadores y Guardias del Sagrado Corazón de Jesús.

 

Oremos por todos nuestros hermanos que nos piden oración.

 

Oremos unidos para que nuestro Señor nos bendiga con lluvia abundante y por todos los campesinos

 

¡Dios sea Bendito, por Siempre!

 

¡Unidos en la Eucaristía!

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