Oración en honor a María Santísima de San Venancio Fortunato, Obispo de Poitiers. (535-605) …
Tu nombre es digno de honor, oh María, bendecida en todo tiempo y obra de arte que rinde alabanza a su experto artífice. Oh amable doncella que has recibido el egregio mensaje angélico, tú poses unos dones de belleza que sobrepasan los de cualquier otra persona. Eres la más hermosa de las rosas y tu candor es muy superior al de los lirios. Tú eres la nueva flor de la tierra que el cielo cultiva desde lo alto. Cristal, ámbar, oro, púrpura, esmeralda, cándida perla, allí adonde llega el resplandor de tu hermosura quedan envilecidos los más preciosos metales. La nieve es vencida por tu blancura inmaculada, el sol sobrepujado por la hermosura de tu cabellera; sus rayos, oh Virgen, palidecen frente a tu belleza; el brillo del rubí se apaga y el resplandor de lucero del alba queda oscurecido ante ti que en todo momento aventajas a los astros del firmamento.