Acto de desagravio. Oración
Divino Salvador de las almas: Cubiertos de confusión nuestros rostros, nos postramos en tu presencia soberana; y dirigiendo nuestra vista al solitario tabernáculo donde gimes cautivo de nuestro amor, pártese nuestro corazón de pena de ver el olvido en que te tienen los redimidos, al ver estéril tu Sangre e infructuosos tus sacrificios y escarnecido tu amor. Pero ya que con infinita condescendencia permites que unamos nuestros gemidos a los tuyos, nuestras lagrimas a las que brotaron por nuestra causa de tus santísimos ojos, a la sangre que amorosamente vertió tu divino Corazón, te rogamos, dulce Jesús, por los que no ruegan, te bendecimos por los que te maldicen y te adoramos por los que, despiadados te ultrajan; y con toda la energía de nuestras almas, deseamos bendecirte y alabarte en todos los instantes de este día, en todos los sagrarios de la tierra y con los valiosos afectos de tu amante Corazón.
Suba, Señor, hasta ti el doloroso grito de expiación y arrepentimiento que el pesar arranca de nuestros contritos corazones.
Por nuestros pecados, por los de nuestros padre, hermanos y amigos, por los del mundo entero.
Perdón, Señor, perdón.