Los Reyes Magos le ofrecen oro como al rey grande, el incienso como al Dios eterno, y la mirra al que debe morir por todos. ¿ Y nosotros hermanos tenemos algo que ofrecerle, al Dios verdadero?
Parroquia de San Pío X
Después de haber nacido Jesús en Belén de Judea, en el tiempo del rey Herodes, unos magos de oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: “¿Dónde está el que ha nacido, el Rey de los Judíos? Porque hemos visto su estrella en el oriente y venimos a adorarlo”. Al oír esto el rey Herodes, se turbo, y con el toda Jerusalén; y convocando a todos los pontífices y a todos los escribas del pueblo, les preguntaba el lugar del nacimiento del Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judea; pues así está escrito por el profeta:
Y tú, Belén, Tierra de Judá de ningún modo eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo, Israel”.
Entonces Herodes, llamando aparte a los magos, se informo cuidadosamente de ellos del tiempo de la aparición de la estrella, y, enviándolos a Belén, les dijo:”Id e informaos diligentemente sobre ese niño; y, cuando lo encontréis, avisadme, para que vaya yo también a adorarlo”. (Mt 2, 1-8)
S. Agustín: A los pastores son los ángeles quienes anuncian a Cristo, a los Magos es la estrella. A unos y a otros habla la lengua de los cielos, porque la lengua de los profetas estaba muda. Los Ángeles habitan en el cielo, las estrellas adoran el cielo; a unos y a otros los cielos narran la gloria de Dios.
Ten los ojos del alma vueltos hacia el cielo y descenderá a ti la luz de Dios.
La adoración de los magos
Ellos, después de oír al rey, se marcharon; y la estrella, que habían visto en Oriente, iba delante de ellos hasta que fue a posarse sobre el lugar que estaba el niño. Al ver la estrella experimentaron una grandísima alegría. Entraron a la casa, y vieron al niño con María, su madre, y postrándose lo adoraron; abrieron sus tesoros y le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra. Luego, habiendo sido avisados en sueños que no volverían a Herodes, regresaron a su país por otro camino. (Mt 2, 9-12)
S. León Papa: Además de la aparición del astro que brillo a sus ojos, un rayo más brillante de verdad ilumino sus corazones; y esto pertenece a la iluminación de la fe.
S. Agustín: El astro, a fin de tributar a Cristo un completo obsequio, modero el movimiento e hizo el camino juntamente con los Magos hasta que los hubo guiado al niño. Ofreció obsequio alegre, no llevo edicto imperioso, dirigió los humildes y suplicantes, y sobre el albergue del infante derramo abundante luz y desapareció. Se le ofrece oro como al rey grande, el incienso como al Dios eterno, y la mirra al que debe morir por todos.
S. Juan Crisóstomo: Admírese aquí la fe de los magos. No se escandalizan, diciendo entre sí: Si este niño es grande ¿Por qué debemos huir y volver ocultamente a la patria? Este es argumento de fe verdadera y varonil: no indagar el porqué de lo que se nos manda, sino dejarnos persuadir en seguida y obrar.
Sigue prontamente las inspiraciones de nuestro Señor.
Cristo se acerco a nosotros a través de los signos pobres de la humanidad; por lo tanto, la única manera de encontrarle es descubrirle en los signos escogidos por El, cómo es la humildad, la sencillez, la nobleza de corazón…Los magos eran paganos. Cristo no hace distinción de personas. Ellos fueron los primeros en encontrar a Cristo. Durante su vida le criticaban esta actitud: come con los pecadores…Cristo enseña que cada hombre, sin excepción ha sido llamado para una hermosa misión…Y comienza a manifestarse a los más débiles y más necesitados.
Los Reyes Magos iban en busca de un gran Rey y cuando le encontraron vieron a un niño acostado en un pobre pesebre ellos no se dejaron llevar por las apariencias, de quizás pensar que lo encontrarían lleno de lujos, de súbditos…sin embargo le reconocieron.
Que bello ejemplo de fe la de los Reyes Magos, así debe ser también nuestra fe creer aunque no veamos y entendamos, pues lo dejaron todo por seguir el anuncio de la estrella, nosotros en cambio siempre cuestionamos a Dios el porqué de las cosas que nos pasan, renegamos por la situación económica, por la enfermedad, por el estado del tiempo, por nuestras dificultades…sin embargo ellos fueron dóciles y obedientes al llamado que Dios les hacía de seguir a la estrella.
El camino no debió de ser fácil, pues dejaron comodidades, familias…Debió de ser largo y pesado, sin embargo ellos tenían grandísima alegría. Esa misma alegría es la que debemos tener nosotros como servidores a pesar de las dificultades, ya que nosotros también le hemos encontrado.
La generosidad de los Reyes Magos nos debe de motivar a nosotros a ofrecerle a nuestro Señor nuestros trabajos, nuestras penas y alegrías, nuestra vida…como ofrenda de amor, de compromiso y gratitud por lo mucho que hace por nosotros.
Comencemos el año haciendo un compromiso de cambio que nos ayude a mejorar nuestra vida en familia, en el trabajo, en el servicio, con nuestros amigos, vecinos, buscando ser mejores seres humanos, pero, siempre buscando agradar a Dios.
Oremos unidos para que seamos dóciles y obedientes al llamado que Dios nos hace en nuestra misión de ser mejores hijos, padres, hermanos, amigos…y nos ayude a comenzar este año con generosidad de amor y oración por nuestros hermanos más necesitados.
Oremos por la Paz del mundo y por todos los niños enfermos y aquellos que sufren alguna enfermedad, violencia, abandono para que nuestro Señor los ayude en todas sus necesidades.
Oremos por todas las necesidades de la Iglesia Universal, el Santo Papa Benedicto XVI, los obispos, Sacerdotes, religiosos, vocaciones sacerdotales y muy en especial a todos los sacerdotes enfermos así como por: Sr.Arzobispo José Guadalupe Martin R. Obispo Juan Pallares, P. Eduardo Contreras, P. Mario, P. José López, P. Juan Manuel, P. Valentin G. P: Chuy Salazar, P. Chuy Reyes.
Demos gracias a nuestro Padre por todas aquellas personas que durante nuestra vida se han encomendado a nuestras oraciones.
¡Unidos en la Eucaristía!