SAN TITO Y SAN TIMOTEO
Tito
Etimológicamente significan “protegido y que venera a Dios”. Vienen de la lengua latina y hebrea.
Tito fue un cristiano no judío del siglo I, su conversión del paganismo al cristianismo es uno de los ejemplos más vivos. Se hizo íntimo amigo de san Pablo, Pablo lo llama mi hijo, lo fue conduciendo en un discipulado y que después daría fruto siendo Tito un excelente colaborador en su misión apostólica.
Viajó a Jerusalén junto con San Pablo y es muy probable que viajara con él por muchos sitios sobre todo por la Asía menor. Durante algún tiempo trabajó con los cristianos de Corinto. Logró suavizar la tensión que había entre la iglesia de Corinto y san Pablo que se manifestaba en sus famosas cartas de San Pablo. Cuando se reunió de nuevo con él y le contó que las cosas iban mucho mejor, Pablo escribió una carta segunda a los corintios y la llevó personalmente Tito. Esa carta decía que había que hacer una colecta para ayudar a los cristianos necesitados de Judea. Cuando trabajaba en Creta, Pablo le escribió una carta que es muy bella pues la refiere con el cariño de un Padre a su hijo, donde lo invita a predicar la sana doctrina cristiana, a que los hombres que elija sean irreprochables.
TIMOTEO
Era un cristiano de Listra, amigo y colaborador de san Pablo, su nombre es famoso por la trascendencia de su trabajo, pero además el contenido de las cartas pastorales han inyectado vida a la evangelización cristiana. Su madre era judía cristiana; su padre, griego. Pablo escribió a Timoteo para que le ayudara en su segundo viaje misionero y así se hicieran a la aventura de la evangelización, Timoteo conocía muy bien la manera de evangelizar de San Pablo.
Al dejar Timoteo Pablo en Tesalónica, Timoteo volvió para animar a los cristianos de allí que estaban siendo perseguidos, atacados con doctrinas y amenazados de muerte, satanizados por los judíos radicales que los acusaban de todos sus problemas.
Después Pablo le envió de Efeso a Corinto para enseñar a los corintios cristianos, educarlos en la fe y organizarlos.
Timoteo fue el jefe de la Iglesia de Efeso. Le faltaba a menudo seguridad y necesitaba que Pablo le animara, pero fue siempre fiel y leal, siempre impulsado por San Pablo a no desfallecer y de seguir anunciando en todo momento el evangelio de Cristo Jesús.
Las dos cartas de san Pablo dirigidas a Timoteo están llenas de sabios consejos acerca de la manera de cómo debía dirigir la Iglesia, como evangelizar, como debía de ser la doctrina enseñada y los fundamentos de la salvación.
Murió Timoteo como obispo de Efeso. Tito era mucho más diplomático, y por eso le confió Pablo misiones difíciles.
Se cree que ambos murieron allá por finales del siglo I.
