El Bautismo de Jesús. Quien recibe el bautismo está obligado a profesar siempre su fe y … a Cristo le costó sufrimientos, sudar sangre, le costó dar su vida en la Cruz.
Parroquia de San Pío X
Entonces se presenta Jesús, que viene de Galilea al Jordán, a donde Juan, para ser bautizados por él. Pero Juan trataba de impedírselo diciendo: “Soy yo el que necesita ser bautizado por Ti ¿y Tú vienes a mi?” Jesús le respondió: “Deja ahora, pues conviene que así cumplamos toda justicia” Entonces le dejó. Una vez bautizado Jesús, salió luego del agua y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba como una paloma y venia sobre él. Y una voz que salía de los cielos decía: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco”. Mt.3,13-17
S. Agustín: No hay que asombrarse si en el bautismo de Jesús se ofrece a la mirada humana la Trinidad la cual es invocada y celebrada en nuestro bautismo. Aunque el Padre, el Hijo y el Espíritu santo posean una misma naturaleza cree firmísimamente que son en verdad tres personas porque sólo es verdadero Padre aquél que dijo: Este es mi Hijo amado; solo es verdadero Hijo aquél sobre el cual resonó la voz del Padre; sólo es verdadero Espíritu Santo aquél que en forma de paloma apareció sobre el bautizado. Estas operaciones exteriores son de toda la Trinidad. En la eterna sustancia del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son una misma cosa, que no está limitada por el espacio, ni medida por el tiempo, pero en el sonido de mis palabras y en las letras visibles están separados, y no pueden ser pronunciados por mí al mismo tiempo. Así por vía de ciertas semejanzas se nos demuestra la Trinidad que en la esencia y en la gloria son inseparables.
La salvación del mundo es su vuelta a Dios, y ese reencuentro depende totalmente de la venida de Dios-Hijo al mundo. No bastó con que se hiciera hombre, criatura carnal y mortal, sino que además fue necesario que se hiciera solidario de los humildes y de los pecadores, de allí es de donde su salvación se extenderá a la gente más cómoda y al mundo. Jesús no quiere distinguirse de su pueblo pecador sino que acompaña a los que han sentido el llamado de Dios a convertirse.
Este bautismo es para Jesús y para nosotros la oportunidad de vivir una profunda experiencia religiosa, y el comienzo de una vida nueva en Cristo. El Padre se complace en Cristo su Hijo amado, Cristo acababa de pasar treinta años de su vida en Nazaret allí, por amor al Padre y a los hombres, supo vivir en situaciones ordinarias como cualquier hombre pasando hambre, frio, carestías…lo llevo a solidarizarse sometiéndose a un bautismo destinado para los pecadores, sin ser él un pecador. El bautismo supone conversión.
Respondió Jesús: “En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios Jn 3,5
Quien recibe el bautismo está obligado a profesar siempre su fe y a guardar la ley de Jesucristo y de su Iglesia; y renuncia para siempre al demonio a sus obras y a sus pompas. El bautismo imprime el carácter de cristiano, el cual es imborrable, aún siendo el peor criminal. Cristiano es aquel hombre que quiere sintonizarse con Cristo, que quiere seguir sus huellas, su ejemplo, su misma vida de humildad; es aquel que decide responder al llamado a través del si al Padre como Jesús, un sí que te lleva a hacer la voluntad de Dios; y así, poder escuchar como Jesús este es mi hijo amado… Pero esto No será posible si no sigo el camino de intimidad divina, como es el de la oración y el camino de la cruz o de sufrimiento. El bautismo concede la gracia o amistad con Dios, los amigos o son iguales o se hacen iguales por su continua comunicación, y tal amistad me lleva a revisar mi vida y a tomar muy en serio este trato personal con Cristo y a valorar el gran compromiso de caminar con Él. Cuando somos bautizados, nos convertimos en templos del Espíritu Santo y también desciende sobre nosotros como lo hizo con Jesús.
Nuestro bautismo es para todos un compromiso muy grande, que la mayoría de no sabemos valorar nos hacemos bautizar como si fuera solo una tradición familiar, solo un acto social, un pretexto para hacer fiesta para disfrutar, para convivir y eso es todo pues creemos que ya cumplimos; que lejos estamos de comprender realmente el significado de nuestro bautismo, a Cristo le costó sufrimientos, sudar sangre, le costó dar su vida en la Cruz. ¿Cómo vivo mi bautismo? ¿Como hijo de Dios? anunciando con mis obras y palabras el amor de Dios que reina y mora en mi corazón y denunciando como profeta lo que está mal y va en contra de la ley de Dios, enseñando y guiando a nuestros hijos, siendo comprometido con mi familia y sociedad o me conduzco como esclavo de mis pasiones tratando a todos a mi alrededor con violencia, con mentiras, con odio, con engaños, siendo anti testimonio del amor de Dios, mi compromiso es ser luz para los demás; como sacerdote soy capaz de ofrecer a Dios mis oraciones, trabajos, sufrimientos, alegrías para la salvación de los demás, soy capaz de unir mi vida a la de Cristo, por los que sufren, cumplo con mis obligaciones como cristiano, y todo esto sin renegar; como Rey realizo buenas obras en bien de los demás, como es visitar un enfermo, dar un buen consejo, prestar ayuda a alguna persona que se encuentra en alguna situación económica difícil, pudiendo ser un familiar, vecino, amigo o incluso enemigo, o soy de los que todo me vale, soy indiferente o soy de los que piensan que cada quien se rasque con sus propias uñas. Mi compromiso es ser luz para los demás; es mantener la pureza de mi alma, de mi cuerpo, de pensamientos, de palabras y de obras, alejando de mí las malas palabras, los vicios, privándome de todo aquello que me aleje de Dios como puede ser malas compañías, películas que exalten mis sentidos; en mi vida deberá reinar la justicia y la paz, el amor y la verdad; pero, todo esto no lo podremos lograr sino es por la gracia del Espíritu Santo, y no se nos dará sino lo invocamos, por eso la gran necesidad de la oración.
El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea se condenará Mc 16,16
Seamos fieles en cumplir los mandamientos de la ley de Dios
Oremos para que nuestro Padre nos de la gracia de actuar como verdaderos hijos de Dios y testigos de su amor.
¡Unidos en la Eucaristía!