“NO ESCUCHABAN A JUAN NI AL HIJO DEL HOMBRE”.
¿Con quién puedo comparar a la gente de hoy? Son como niños sentados en la plaza, que se quejan unos de otros:
Les tocamos la flauta y ustedes no han bailado; les cantamos canciones tristes y no han querido llorar.
Porque vino Juan, que no comía ni bebía, y dijeron:
Está endemoniado. Luego vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: Es un comilón y un borracho, amigo de cobradores de impuestos y de pecadores. Con todo, se comprobará que la Sabiduría de Dios no se equivoca en sus obras.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México