“¡OJALÁ HUBIERAS OBEDECIDO MIS MANDATOS!”.
Así dice Yavé, el que te rescata, el Santo de Israel: “Yo soy tu Dios y te enseño lo que te es provechoso, indicándote el camino que debes seguir.
Si hubieras estado atento a mis leyes, la dicha te habría inundado como un río. Habrías sido fuerte como las olas del mar,
y tus hijos, numerosos como los granos de arena, y tu nombre no sería nunca arrancado o borrado de mi vista.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México