“BENDITO SEAS, SEÑOR, DIOS NUESTRO”.
“Bendito tú, oh Yavé, Dios de nuestro padre Israel, desde siempre hasta siempre.
Tuya, oh Yavé, es la grandeza, la fuerza, la magnificencia, la duración y la gloria; pues tuyo es cuanto hay en el cielo y en la tierra.
Tuya, oh Yavé, es la realeza; tú estás por encima de todo. Te acompañan la gloria y las riquezas. Tú eres dueño de todo; en tu mano están el poder y la fortaleza y es tu mano la que todo lo engrandece y a todo da consistencia.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México