” ENSÉÑANOS, SEÑOR, TUS LEYES”.
Tu palabra, Señor, es para siempre, inmutable en los cielos.
De generación en generación tu verdad; igual que la tierra que tú fundaste”
y que se mantiene por tu decisión, pues el universo es tu servidor.
Si en tu Ley no hubiera puesto mis delicias habría perecido en mi miseria.
¡Que mi lengua celebre tu palabra, pues son justos todos tus mandamientos!
¡Que tu mano venga a socorrerme, pues yo elegí tus ordenanzas!
He ansiado, Señor, tu salvación, y tu Ley ha sido mi delicia.
¡Que mi alma viva para alabarte, y tus juicios vendrán en mi ayuda!
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México