Oración a nuestra Señora de las Angustias
¡Oh María, sin pecado concebida! Por los dolores que tu Santísimo Hijo sufrió en la Cruz por redimir nuestras culpas, vuelve a mi tus piadosos ojos y escucha mis suplicas. Confío en tu infinita bondad, Madre Santísima; me atrevo a dirigirte mis plegarias; no las desoigas, y consuela mis aflicciones en este valle de lágrimas y amarguras; te ofrezco un propósito firme de enmienda, Madre y Señora mía, porque a Ti te debo mucho, y soy tan pecador que nada merezco. Estoy en tu inefable bondad; y ¿cómo no reconocer tu grande misericordia y dedicarte los días que me restan de vida para amarte? Si, Madre Santísima, no me abandones; dirige mis pasos; dame tu amparo y protección; líbrame de mis enemigos visibles e invisibles, de la calumnia e ilumina mi entendimiento para alabarte y bendecirte por tantos sacrificios como te debo.
Amén.