“LA VIÑA DEL SEÑOR ES LA CASA DE ISRAEL”.
Tenías una viña que arrancaste de Egipto, para plantarla, expulsaste naciones.
Delante de ella despejaste el terreno, echó raíces y repletó el país.
De su sombra se cubrieron las montañas y de sus pámpanos, los cedros divinos.
Extendía sus sarmientos hasta el mar y sus brotes llegaban hasta el río.
¿Por qué has destrozado sus cercos?
Cualquier transeúnte saca racimos,
el jabalí de los bosques la devasta y los animales salvajes la devoran.
¡Oh Dios Sabaot, es hora de que regreses; mira de lo alto del cielo y contempla, visita esa viña”
y protégela, ya que tu derecha la plantó!
Ya no nos apartaremos más de ti, nos harás revivir y tu nombre invocaremos.
¡Señor, Dios Sabaot, restablécenos, haz brillar tu faz y sálvanos!
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México