Ven Señor, entra en mi vida, y mora en mi corazón. Poesía
-Entra Señor, entra Jesús, el día ya declina. El astro rey hacia el ocaso inclina, su brillante fulgor, no pases delante, que el amor reofrece; entra en casa Señor.
-Entra en casa Señor, cerradas hayas las morada, que un asilo a Dios quiere negar…Olvida entre nosotros su desvió, mientras tengamos casa, Jesús mío, ¡Tú tendrás un hogar!
-Entra Señor, más no como mendigo; nuestro Rey, nuestro Padre, nuestro Amigo, nuestro todo serás…que si el error levanta sus banderas, en este hogar, Tú reinas y Tú imperas y homenaje y amor encontraras.
-Entra Señor, aquí todos te amamos, y pues Rey te aclamamos, de esta humilde mansión, ya nuestros corazones se han ligado y de su amor un trono te han formado coloca en Señor, tu corazón.
-Colócalo Señor y no receles, somos vasallos fieles; no encontraras aquí ningún traídor…antes morir queremos que dejarte, antes morir, queremos que negarte, divino Rey del amor.
-Y si el mundo y los suyos te persiguen y si a este lumbral quizá llegar consiguen, a Ti no llegarán, que sabrán defenderte nuestras vidas…los filos de sus animas decidas, ni tu pecho, ni los nuestros herirán.
-Entra Señor, estemos siempre unidos, mezclados, enlazados, confundidos, de tu pecho calor, viviendo todos de tu misma vida, como vive adherida, la enredadera al tronco bienhechor.
-Juntos así el destierro cruzaremos, así contigo gozaremos, las dichas que nos des…y si el dolor empaña nuestros ojos; juntos también pondremos sus despojos, como perlas humildes a tus pies.
-Entra Señor, ya izamos tu bandera, entra Señor y manda, reina, implora en este pobre hogar…pobre y desconocido, pero con tu presencia enriquecido; y muy feliz porque te sabe amar.