En el interior  del ser humano es donde nacen todo sentimiento de amor, de paz,  de servicio,… así también todo sentimiento  que destruye a la persona y a la sociedad.

En el interior del ser humano es donde nacen todo sentimiento de amor, de paz, de servicio,… así también todo sentimiento que destruye a la persona y a la sociedad.

En el interior del ser humano es donde nace todo  sentimiento de amor, de paz, de servicio, … así  también todo  sentimiento  que destruye  a la persona y a la sociedad.

Parroquia de San Pío X

Siembren la  paz

 

 

Al entrar en cualquier casa, bendíganla antes diciendo: ¡La paz sea en esta casa! Si en ella  vive un hombre de paz,  recibirá la paz. Lc 10, 5-6

La paz es la característica del evangelio o buena nueva,  Cristo sembró la paz, buscando siempre el bien  de los demás, ayudando al enfermo, y al desvalido, sin buscarse a sí mismo.

San Juan Crisóstomo: la paz es madre de todos los bienes, y cualquier bien es vano sin ella, por lo cual el primer  saludo que se debe de ofrecer a la casa en que entramos, según el mandato del Salvador, es la paz, no sólo la que se da entre hombre y hombre, sino también aquella que está en nosotros y con nosotros mismos. Muchas veces, en efecto, llevamos la guerra en el corazón, sin motivo, o sea, sin que ninguno de fuera nos dé molestia o enojo. Este aliento de Dios, que es aliento de amor, auguramos  a las casas  hospitalarias y a los huéspedes.

Cuando en el interior del ser humano  crece  la ambición o cualquier pasión  humana  hacia los bienes materiales,  el poder,  la posición económica o social, y sentimientos como  el  egoísmo, de envidia, de  rencor, de  odio,  entonces,  comienza en nosotros una guerra  interior,  en la que se pierde con gran frecuencia  los valores,  como son la honestidad,  la fidelidad,  la sinceridad   y  la responsabilidad,   que se debe tener  hacia los demás, ya  sea  en  la  familia,  compañeros de trabajo, o  sociedad;  ya  que  se  busca solo el  beneficio propio.  Hay guerra  cuando ante cualquier provocación por mínima que sea respondemos de manera agresiva, violenta; por muy rico que sea la persona  y goce de todo bienestar  y lujos si no tiene paz interior nunca será feliz.

Se siembra  la paz, cuando realmente me intereso por mi hermano, y  a ejemplo de Cristo busco hacer el bien.

Bienaventurados los pacíficos,  porque ellos serán llamados hijos de Dios. Mt.5,9

La paz se construye primeramente en el corazón  de cada uno de nosotros, así como la guerra. Somos capaces de sembrar la paz,  cuando uno  sabe hacerse disponible para el amor y se domina a sí mismo a pesar de las limitaciones, y cuando se es capaz de  hacerlo todo por amor.

Las personas que dicen estar en paz y  no ayudan a construir la paz de otros, se encuentran en una paz  falsa.

Si buscamos a Dios hallaremos la paz.   II Crón 14,6

En nuestra sociedad  como  en todos los ambientes  hace mucha falta  sembradores  de paz personas valientes deseosas de un mundo  en armonía, de un mundo mejor,   donde  nos preocupemos los unos por los otros,  hacen falta  Padres de familia comprometidos en inculcar valores a sus hijos,  una sociedad  comprometida en el respeto mutuo,  un gobierno preocupado por el bienestar  y seguridad del pueblo, y la mejor manera de comenzar  es  comenzando  por nosotros mismos, poniendo  la parte que a nosotros nos  corresponde .

 

Roguemos a nuestro Padre por la Paz en todo el mundo muy en especial en nuestro México. 

Roguemos a nuestro Padre por todas las personas que se dedican a cuidar  la seguridad del pueblo y que arriesgan su vida,  como son policías, tránsitos, soldados, jefes… para que los proteja de todo mal y bendiga así como a todas sus familias las ayude en todas sus necesidades.

 

¡Unidos en la Eucaristía!

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