“BUSQUEN AL SEÑOR Y VIVIRÁN”.
Me estoy hundiendo en un cieno profundo, y no hay dónde apoyarme.
Me vi arrastrado a profundas aguas y las olas me cubren.
Me agoto de gritar, me arde la garganta, y mis ojos se cansan de esperar a mi Dios.
Pero a ti, oh Dios, sube mi oración, sea ése el día de tu favor.
Según tu gran bondad, oh Dios, respóndeme, sálvame tú que eres fiel.
¡Pero a mí, humillado y afligido, que me levante, oh Dios, tu ayuda!
Celebraré con un canto el nombre de Dios, proclamaré sus grandezas, le daré gracias.
Vean esto, los humildes, y regocíjense.
¡Reanímense, los que buscan al Señor!
Pues el Señor escucha a los pobres, no desdeña a los suyos prisioneros.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el Misal Católico: Asamblea Eucarística. México