“NO OLVIDEMOS LAS HAZAÑAS DEL SEÑOR, ALELUYA”.
Guárdame, oh Dios, pues me refugio en ti.
Yo le he dicho: “Tú eres mi Señor,
no hay dicha para mí fuera de ti.
El Señor es la herencia que me toca
y mi buena suerte: ¡guárdame mi parte!
Yo bendigo al Señor que me aconseja,
hasta de noche me instruye mi conciencia.
Ante mí tengo siempre al Señor,
porque está a mi derecha jamás vacilaré.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México