El que viene de arriba está por encima de todos. El que viene de la tierra pertenece a la tierra y sus palabras son terrenales. El que viene del Cielo,
por más que dé testimonio de lo que allí ha visto y oído, nadie acepta su testimonio.
Pero aceptar su testimonio es como reconocer que Dios es veraz.
Aquel que Dios ha enviado habla las palabras de Dios, y Dios le da el Espíritu sin medida.
El Padre ama al Hijo y ha puesto todas las cosas en sus manos.
El que cree en el Hijo vive de vida eterna, pero el que se niega a creer en el Hijo se queda con el Dios que condena: nunca conocerá la vida.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística.México