¿Dios tendrá parámetros para perdonar y la caridad tendrá un parámetro para actuar en comunidad?
La Iglesia católica vive momentos importantísimos de renovación, el despertar de la gente con el anuncio de la buena nueva es un eco que toca al corazón y no se puede detener la voz que en el interior dice: “es hora de volver a Dios”; ¿cómo es posible que Dios perdone tanto error del hombre y de la mujer (pecados)?, aun los grandes perseguidores cuando son “tocados” (San Pablo) son capaces de regresar a Dios con un ímpetu que no se puede detener, ni mucho menos entender; es que…¿Dios tendrá un límite de perdón?, ante tanta misericordia no puede dejar de decir: “Señor mío y Dios mío”, ¿cómo es posible que el reino de Dios sea mío?, claro, sólo por amor de Dios y su gran misericordia; en su parte introductoria de su libro el regreso del hijo prodigo de Henri JM Nouwen menciona estas palabras:
He abandonado el hogar una y otra vez. ¡He huido de las manos benditas y he corrido hacia lugares lejanos en busca de amor! Esta es la gran tragedia de mi vida y de la vida de tantos y tantos que encuentro en mi camino. De alguna forma, me he vuelto sordo a la voz que me llama «mi hijo amado», he abandonado el único lugar donde puedo oír esa voz, y me he marchado esperando desesperadamente encontrar en algún otro lugar lo que ya no era capaz de encontrar en casa.
Es entonces es donde uno puede afirmar, que sólo lo queda es ser reflejo de Cristo quién es que nos muestra al Padre (somos imagen y semejanza), lo menos que se puede esperar de quién es perdonado, como debió de suceder con aquel hombre quién es perdonado de la deuda de tanto talento que nunca iba a poder pagar y que al salir encuentra a un hombre que le debía unos denarios, comparados con los talentos poquísima cosa y sin tocarse el corazón aun con los ruegos envía a la cárcel a su deudor, lo menos que espera Dios es que actuemos con caridad, está caridad es tan necesaria en las comunidades que son atormentadas por el consumismo, el materialismo, la relatividad; las comunidades no somos capaces de imitar un poco a las comunidades primitivas cristianas, ni aun en nuestra celebración eucarística que muchos hermanos no respetan, o creen que están respetando, en una clara falta de amor a Dios.
¿Existirá un límite para ayudar al hermano de comunidad? Y digo de comunidad donde se supone que existe una misma sintonía de fe, hombres que han tenido una experiencia con Cristo de ojos abiertos y corazón palpitante, pues, ¿qué se espera de los hombres “mundanos”?
¿Qué parámetro me dice que debo ayudarlo o no?, oye es que consumió un dinero que no era de él, topó el límite de sus tarjetas de crédito y los bancos lo devoran y llega y dice: “Hermanito préstame algo de dinero para pagar”, ¿por qué ese pensamiento de aquel hermano que es requerido y que tiene el medio no le presta?, ahh es que no lo quiero ser atenido, hermano hay que enseñarlo a pescar no ha darle el pescado, la otra ocasión me quedó mal y no, esta vez no me va a ver la cara, Señor tu sabes que mi esfuerzo me ha costado para que este hermano se lleve lo que tú me has dado para administrar, mira lo entretuve tanto tiempo para decirle no, pero tenía que darle su sermón. Ante esta variedad de respuestas y excusas, el hombre y la mujer se ocultan para no actuar, pues el único parámetro que existe es el poco o mucho discernimiento que se tiene. Dios hizo tan flexible su parámetro de su perdón que realmente no se puede ver el valor real del perdón, pero es Dios, el no necesita cosas materiales, ni vestido, ni ropa, ni comida, tengo que pensar en mí futuro y el de mí familia. Cierto es que muchos hermanos van a tomar un poco más de lo que necesitan o abusan de los privilegios del amor fraternal, pero eso no importa, dios es amor y no puede negar su esencia, el hombre es pecador y no es capaz de levantar dignamente su frente para decir que es un recto o justo ante Dios, pues el libro de la vida lo acusaría inmediatamente: ¿acaso no te perdone tantas deudas conmigo antes de que anduvieras en mi camino, que no te saque de tantos pecados donde te revolcabas?
Queridos amigos, nuestras comunidades de creyentes necesitan creer, sí, hay muchos vicios y pecados que corregir y porque trabajar, mucho que perfeccionar, el mismo Henri Nouwen más adelante cita así:
La cuestión es la siguiente:
¿A quién pertenezco? ¿A Dios o al mundo?
Muchas de mis preocupaciones diarias me sugieren que pertenezco más al mundo que a Dios. Una pequeña crítica me enfada, y un pequeño rechazo me deprime. Una pequeña oración me levanta el espíritu y un pequeño éxito me emociona. Me animo con la misma facilidad con la que me deprimo. A menudo soy como una pequeña barca en el océano, completamente a merced de las olas. Todo el tiempo y energía que gasto en mantener un cierto equilibrio y no caer, me demuestra que mi vida es, sobre todo, una lucha por sobrevivir: no una lucha sagrada, sino una lucha inquieta que surge de la idea equivocada de que el mundo es quien da sentido a mi vida.
Antes de juzgar y ejercer la justicia, medita en tu interior, esa acción que voy hacer, positiva o negativa es para gloria tuya Padre, es para amar a mí hermano, es para llevarlo más a la conversión, es para que el crea en los hombres de buena voluntad, en los hombres que construyen la paz, será así el parámetro de Dios en su amor y yo lo puedo imitar, si 70 veces 7 es su parámetro de Dios ¿cuál será el mío?, ¿me acabaré tanto dinero y bienes en mí vida terrena?, ¿me alcanzará el tiempo para gastarme y disfrutar mi riqueza?, ¿qué debo de compartir con la comunidad y hasta donde?, acumula tesoros en el cielo que estos te asegurarán la gloria de Dios y al que pide no le des la espalda, pues con la misma vara que actúas y juzgas serás medido y juzgado. Parámetros sólo se podrán poner en corazones duros y que no son capaces de dar agua de su interior, aun tocados por el cayado de Cristo.