Señor, Dios mío, en ti yo me refugio, líbrame de mis perseguidores, sálvame.
No sea que me atrapen como un león, y me arrastren sin que nadie me salve.
Que la asamblea de las naciones te rodee, y presídela tú, desde lo alto.
Tú que juzgas a las naciones, proclama, Señor, mi rectitud y reconoce mi inocencia.
Pon fin a la maldad y a los malvados, y fortalece tú al justo, pues las mentes y los corazones tú sondeas, tú que eres un Dios justo.
Dios es el escudo que me cubre, él, que salva a los de recto corazón.
Yo alabaré al Señor por su justicia y cantaré al Nombre del Altísimo.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México