“Dios quiere contar contigo”. PROTEGEME, DIOS MÍO, QUE ME REFUGIO EN TI.

“Dios quiere contar contigo”. PROTEGEME, DIOS MÍO, QUE ME REFUGIO EN TI.

“Dios quiere contar contigo”
PROTEGEME, DIOS MÍO, QUE ME REFUGIO EN TI.
Lunes 25/abril/2011.


Hech. 2; 14. 22 – 33.

14. Entonces Pedro, con los Once a su lado, se puso de pie, alzó la voz y se dirigió a ellos diciendo: «Amigos judíos y todos los que se encuentran en Jerusalén, escúchenme, pues tengo algo que enseñarles. 22. Israelitas, escuchen mis palabras: Dios acreditó entre ustedes a Jesús de Nazaret. Hizo que realizara entre ustedes milagros, prodigios y señales que ya conocen. 23. Ustedes, sin embargo, lo entregaron a los paganos para ser crucificado y morir en la cruz, y con esto se cumplió el plan que Dios tenía dispuesto. 24. Pero Dios lo libró de los dolores de la muerte y lo resucitó, pues no era posible que quedase bajo el poder de la muerte. 25. Escuchen lo que David decía a su respecto: Veo constantemente al Señor delante de mí; está a mi derecha para que no vacile. 26. Por eso se alegra mi corazón y te alabo muy gozoso, y hasta mi cuerpo esperará en paz. 27. Porque no me abandonarás en el lugar de los muertos ni permitirás que tu Santo experimente la corrupción. 28. Me has dado a conocer los caminos de la vida, me colmarás de gozo con tu presencia. 29. Hermanos, no voy a demostrarles que el patriarca David murió y fue sepultado: su tumba se encuentra entre nosotros hasta el día de hoy. 30. Pero era profeta y Dios le había jurado que uno de sus descendientes se sentaría sobre su trono. Sabiéndolo, 31. se refería a la resurrección del Mesías, viéndola de antemano, con estas palabras: no será abandonado en el lugar de los muertos, ni su cuerpo experimentará la corrupción . 32. Y es un hecho que Dios resucitó a Jesús; de esto todos nosotros somos testigos. 33. Después de haber sido exaltado a la derecha de Dios, ha recibido del Padre el don que había prometido, me refiero al Espíritu Santo que acaba de derramar sobre nosotros, como ustedes están viendo y oyendo.

Sal. 15.

1. Señor, ¿quién entrará bajo tu tienda y habitará en tu montaña santa? 2. El que es irreprochable y actúa con justicia, el que dice la verdad de corazón y no forja calumnias; 3. el que no daña a su hermano ni al prójimo molesta con agravios; 4. el que menosprecia al criminal, pero honra a los que temen al Señor; 5. y si bien al jurar se perjudicó, no se retracta de lo que ha dicho; el que no presta dinero a interés ni acepta sobornos para perjudicar al inocente. Quien obra así jamás vacilará.

Mt. 28; 8 – 15.

8. Ellas se fueron al instante del sepulcro, con temor, pero con una alegría inmensa a la vez, y corrieron a llevar la noticia a los discípulos. 9. En eso Jesús les salió al encuentro en el camino y les dijo: «Paz a ustedes.» Las mujeres se acercaron, se abrazaron a sus pies y lo adoraron. 10. Jesús les dijo en seguida: «No tengan miedo. Vayan ahora y digan a mis hermanos que se dirijan a Galilea. Allí me verán.» 11. Mientras las mujeres iban, unos guardias corrieron a la ciudad y contaron a los jefes de los sacerdotes todo lo que había pasado. 12. Estos se reunieron con las autoridades judías y acordaron dar a los soldados una buena cantidad de dinero 13. para que dijeran: «Los discípulos de Jesús vinieron de noche y, como estábamos dormidos, se robaron el cuerpo. 14. Si esto llega a oídos de Pilato, nosotros lo arreglaremos para que no tengan problemas.» Los soldados recibieron el dinero e hicieron como les habían dicho. 15. De ahí salió la mentira que ha corrido entre los judíos hasta el día de hoy.

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