“SEÑOR, ENSEÑAME A SEGUIR FIELMENTE TU CAMINO”.
Escúchame, Señor, y respóndeme, pues soy pobre y desamparado;”
si soy tu fiel, vela por mi vida, salva a tu servidor que en ti confía.
Tú eres mi Dios; piedad de mí, Señor, que a ti clamo todo el día.
Regocija el alma de tu siervo, pues a ti, Señor, elevo mi alma.
Tú eres, Señor, bueno e indulgente, lleno de amor con los que te invocan.
Señor, escucha mi plegaria, pon atención a la voz de mis súplicas.
A ti clamo en el día de mi angustia, y tú me responderás.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México