El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién he de temer?
Amparo de mi vida es el Señor,
¿ante quién temblaré?
Si me sitia un ejército contrario,
mi corazón no teme;
si una guerra estalla contra mí,
aún tendré confianza.
Porque él me dará asilo en su cabaña
en tiempos de desdicha,
me ocultará en el secreto de su tienda,
y me alzará sobre la roca.
Mi corazón de ti me habla diciendo:
“Procura ver su faz”.
Es tu rostro, Señor, lo que yo busco,
no me escondas tu cara.
Con enojo a tu siervo no rechaces;
eres tú mi defensa,
¡no me abandones, no me dejes solo,
mi Dios y Salvador!”
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México