Hermanos: Innumerables son estos testigos, y nos envuelven como una nube. Depongamos, pues, toda carga inútil, y en especial las amarras del pecado, para correr hasta el final la prueba que nos espera.
Levantemos la mirada hacia Jesús, que dirige esta competición de la fe y la lleva a su término. El escogió la cruz en vez de la felicidad que se le ofrecía; no tuvo miedo a la humillación, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.
Piensen en Jesús, que sufrió tantas contradicciones de parte de gente mala, y no les faltarán las fuerzas ni el ánimo.
Ustedes se enfrentan con el mal, pero todavía no han tenido que resistir hasta la sangre.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México