NO OLVIDEMOS LAS HAZAÑAS DEL SEÑOR.
Luego ordenó a nuestros padres que se las enseñaran a sus hijos,
para que las conozcan sus sucesores, los hijos que nacerán después.
Que éstos se encarguen de instruir a sus hijos
para que éstos confíen sólo en Dios, no olviden las hazañas de su Dios y observen sus mandatos.
Para que no sean, a ejemplo de sus padres, una generación rebelde y obstinada, incapaz de mantener su decisión y cuyo espíritu no era fiel a Dios.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México