Reflexión del día: “DIOS QUIERE CONTAR CONTIGO”: Tengo sed de ti.

Reflexión del día: “DIOS QUIERE CONTAR CONTIGO”: Tengo sed de ti.

Reflexión del día: “DIOS QUIERE CONTAR CONTIGO”: Tengo sed de ti.


“Tengo sed de ti”.

Es verdad estoy a la puerta de tu corazón de día y de noche.
Aún y cuando no estás escuchando, aún y cuando dudes de que pudiera ser yo, ahí estoy; esperando la más pequeña señal de respuesta, hasta la más pequeña sugerencia de invitación que Me permita entrar.
Apocalipsis 3:20
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”.
Y quiero que sepas que cada vez que me invitas. Yo vengo siempre, sin falta.
Vengo en silencio y sin ser visto, pero con un poder y un amor infinito, trayendo los muchos dones de Mi Espíritu.
Vengo con Mi Misericordia, con Mi deseo de perdonarte y de sanarte, con un amor hacia ti que va más allá de tu comprensión. Un amor en cada detalle, tan grande como el amor que he recibido de mi Padre.
Jn. 15:9.
“Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor”.
Vengo deseando consolarte y darte fuerza, levantarte y vendar todas tus heridas. Te traigo Mi luz, para disipar tu oscuridad y todas tus dudas. Vengo con Mi poder, que me permite cargarte a ti y a todo lo que pesa sobre ti: Como el buen pastor carga sobre sus hombros la oveja herida y extraviada.

La oveja perdida
Lucas 15, 1-10
En aquel tiempo, todos los publicanos y los pecadores se acercaban a Jesús para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este acoge a los pecadores y come con ellos». Entonces les dijo esta parábola. ¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las 99 en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros; llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: “Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido.” Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por 99 justos que no tengan necesidad de conversión.

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