Cuidémonos, pues; no sea que alguno de ustedes deje pasar esta oferta de entrar en el descanso de Dios y no lo alcance.
Nosotros, igual que ellos, recibimos una Buena Nueva, pero a ellos de nada les sirvió haberla oído, porque no creyeron ni se unieron a los que escucharon esas palabras.
Es preciso, pues, que creamos, si queremos entrar en el lugar de descanso recién mencionado: Por eso me enojé y declaré con juramento: No entrarán jamás en mi lugar de descanso. Aquí se trata del descanso de Dios después de la creación del mundo.
Ya se habló de este descanso a propósito del día séptimo: Y Dios descansó de todas sus obras el día séptimo.
Aquí lo volvemos a encontrar: No entrarán jamás en mi descanso.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística.México