MI ALEGRIA ES CUMPLIR TUS MANDAMIENTOS.
Me he complacido en seguir tus testimonios más que en tener toda una fortuna.
Tus testimonios son también mis delicias, tus preceptos son mis consejeros.
La ley de tu boca vale más para mí que millones de oro y plata.
¡A mi paladar son dulces tus palabras, más que la miel para mi boca!
Tus testimonios han sido siempre mi herencia, son la alegría de mi corazón.
Abro una boca grande para aspirar, pues estoy ávido de tus mandamientos.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México