Los católicos cristianos necesitados de la doctrina social de la Iglesia. Por Juan Revilla.

La Iglesia en su tarea formativa del pueblo de Dios ve la necesidad de introducir la doctrina social de la Iglesia como la herramienta fundamental para la educación del cristiano, pues esta puede ser la que guie el comportamiento en la sociedad del cristiano aparte de hacer vida el evangelio como primer elemento esencial basado en nuestro señor Jesús, los signos de los tiempos que vivimos nos pueden dar la idea de aceptar o no el comportamiento del hombre reflejado en violencia, abuso sexual, drogadicción, falsos mesianismos y fanatismo, un recrudecimiento del egoísmo, del odio, etc. Para empezar a desglosar este comentario es necesario primeramente tener en cuenta que la Iglesia según palabras del Papa León XIII en su parte de la presentación de la doctrina social cita así: La Iglesia nunca ha renunciado a decir: “palabra que le corresponde » acerca de las cuestiones de la vida social”. En donde la Iglesia ha sido desvinculada de la vida social, las sociedades viven una decadencia inevitable, la aclaración que se hace es para hacer notorio que no es por negligencia o descuido de la Iglesia el no participar abiertamente en la vida del pueblo, ya que ha sido limitada por mecanismos legales que los hombres han instituido, mismos que intentan dejar fuera de toda influencia a la iglesia y sin embargo sigue el trabajo arduo entre los cristianos de parte de la Iglesia para seguir conduciendo al pueblo cual mandato y función de la Iglesia universal; la Iglesia a puesto la herramienta fundamental de la doctrina social para enseñarnos la conducta que debe de guardar el cristiano y los tiempos de gran dinamismo de la iglesia requieren una aplicación pronta de esta doctrina en todos los niveles de la Iglesia pero principalmente en el laico, es decir en la gente común.

La Doctrina Social de la Iglesia es el conjunto de enseñanzas, críterios y orientaciones que la Iglesia propone para iluminar las realidades temporales de los hombres y con la confianza conducirlas según el proyecto y voluntad de Dios hacía el Reino de Paz, de la justicia, el del amor y de la fraternidad entre los hombres.

Pero otra pregunta que va ligada sería: ¿Cuál es su fin?

La misma iglesia responde en la parte de su presentación la pregunta, que acertadamente cuestiona el cristiano y también los hermanos que no profesan la fe cristiana, pues a fin de cuentas es norma de conducta para todos y la respuesta sería:

Transformar la realidad social con la fuerza del Evangelio, testimoniada por mujeres y hombres fieles a Jesucristo, hombres que viven en plenitud su dignidad dando gloria a Dios, que se la ha donado.

la Iglesia « cumple su misión de anunciar el Evangelio, enseña al hombre, en nombre de Cristo, su dignidad propia y su vocación a la comunión de las personas; y le descubre las exigencias de la justicia y de la paz, conformes a la sabiduría divina ».3 Esta doctrina tiene una profunda unidad, que brota de la Fe en una salvación integral

Como un gran instrumento de norma sin carga agotadora, la iglesia orienta la vida del cristiano motivando al creyente a que siga su camino de conversión y logre transformar el mundo donde se desempeña, cada uno en su entorno, con impotencia vemos que el hombre se hunde en un abismo de maldad y que el pecado opaca la virtud del hombre que se abandona a la suerte de conducirse por sí mismo , haciendo caso omiso de la voz de Dios y el grito de la Iglesia que dice: “es hora de volver a Dios”; en el numeral número 4 se nos ofrece una realidad que debe hacer eco en la vida del cristiano y que está debe de ser el motivo de vivir con mayor entrega y confianza de Dios.

4.- Descubriéndose amado por Dios, el hombre comprende la propia dignidad trascendente, aprende a no contentarse consigo mismo y a salir al encuentro del otro en una red de relaciones cada vez más auténticamente humanas.

La iglesia ve con urgencia la necesidad de que el hombre salga de sí mismo, de ese egoísmo que todo lo devora , no dejando que brote la parte noble del hombre, olvidarse de sí mismo por un tiempo puede transformar todo, ya que sale al encuentro del amor en el otro, es ahí que la iglesia quiere que concientice el hombre y más aun que se sienta seguro de que es guiado conforme al plan de dios, en el numeral 7 da la Iglesia una razón poderosa para que nos abandonemos en nuestra iglesia para ser guiados y lejos de imponer cargas, más bien es ayudar a llevar nuestra cruz que debe de ser alegría en nuestro Señor Cristo Jesús.
7.- El cristiano sabe que puede encontrar en la doctrina social de la Iglesia los principios de reflexión, los criterios de juicio y las directrices de acción como base para promover un humanismo integral y solidario.
Difundir esta doctrina constituye, por tanto, una verdadera prioridad pastoral, para que las personas, iluminadas por ella, sean capaces de interpretar la realidad de hoy y de buscar caminos apropiados para
la acción: « La enseñanza y la difusión de esta doctrina social forma parte de la misión evangelizadora de
la Iglesia.

La campaña de difusión de la doctrina social de la iglesia está contenida también en otras campañas (pastoral social y misión continental) como apoyo básico en l discipulado del cristiano, motivados por confiar en un instrumento de una útil formación el cristiano puede avanzar en el crecimiento de la fe y de esa manera hacer más plena la vida integral del hombre, no sólo en lo religioso sino en todas las esferas de su vida. Esperamos el momento en que la educación en la doctrina social de la Iglesia sea aplicada en todas las parroquias para ver ese cambio tan urgente que necesita la sociedad y recupere su grandeza de humanidad hija de Dios.