El Gaudium pública: MI FAMILIA SE DISTANCIO A CAUSA DE LA HERENCIA

El Gaudium pública: MI FAMILIA SE DISTANCIO A CAUSA DE LA HERENCIA

Los problemas de los bienes intestados

Una situación familiar que se vuelve muy común en las familias, cuando fallece el padre o la madre sin haber dejado en orden el destino de sus bienes materiales es sin duda alguna la “herencia”, constantemente la consulta con los sacerdotes sobre si pelea o no pelea, o si toma o no toma la herencia que por ley le corresponde , pero que al pelearla puede generar una pugna entre los hermanos o familiares, a grado de no volverse a ver por causa del dinero que para muchos si le haga falta por la situación raquítica en que vive el país.

Cuando el padre o la madre deja intestado los bienes, sobre vienen una cadena de situaciones para los hijos, algunos abusan de los bienes y no les dan nada, aun sabiendo como vuelvo a reiterar que por ley les corresponden, otros en su defecto se quedan con grandes cantidades de bienes engañando o apelando a que se les aconsejo que no peleasen la herencia, otros inteligentemente cambalachean propiedades de mucho menos valor, por otras y para que no haya problema el afectado calla y entonces toma la parte que el benévolo pariente les ofreció aun sabiendo del gran robo del que son objeto.

Pero ¿Por qué se da esta situación?, como padres el pensar en herencia significa muerte, y ¿quién piensa en morir? Nadie seguramente, cuando ya esté en las últimas hago mi testamento, mientras no vaya a ser que hasta intenten matarme, otros padres no van a dejar nada a los hijos y con la más ventajosa intención dejan intestado para ver como van a vivir semejante situación; el gaudium que es el periódico de la arquidiócesis, pública un artículo sobre el problema que se vive por causa de la herencia, a continuación lo exponemos tal cual se publicó:

MI FAMILIA SE DISTANCIO A CAUSA DE LA HERENCIA

Lunes 8 de Noviembre de 2010 por P. Jose de Jesus.

Padre José de Jesús:

Quiero contarle algo que me tiene inquieto desde que murió mi madre. Somos 8 hermanos y 3 hermanas.

En primer lugar, mi familia era una familia muy unida, parecía la familia ideal, pues todos nos llevábamos muy bien. Mis hermanos y yo nunca teníamos problemas; de pequeños, nos la pasamos como niños normales, que jugábamos, hacíamos travesuras, nos peleábamos, reíamos y nos divertíamos. Algunos, a pesar de las carencias, estudiamos una carrera profesional, y los demás, aunque no la hicieron, viven bien.

Nuestros papás, nos educaron en la fe cristiana, íbamos a misa en familia todos los domingos, y nos la pasábamos muy bien.

Con el tiempo, todos crecimos, y fuimos haciendo cada uno nuestra familia, aparentemente sin complicaciones, ya que no tuvimos el problema de algún vicio. Cuando ya todos estuvimos casados, nos encontrábamos en la casa y hacíamos un buen ambiente familiar.

Llegó el tiempo en que faltó mi papá, y en la casa se experimentó un ambiente de tristeza y soledad; sin embargo, todos nos apoyamos para que nuestra madre no se sintiera sola, sino apoyada por cada uno de sus hijos. Y es precisamente ahí donde empezó el detalle, ya que cuando estaba mi padre con vida, no nos poníamos gran problema ya que mi madre lo atendía y nosotros los apoyábamos cuando era necesario, pero no siempre. Después, enfermó también mi madre, y cuando hablamos de atenderla, quedamos en que todos nos íbamos a turnar para hacerlo, aunque decidimos que una de mis hermanas se fuera a vivir con ella para que no le hiciera falta nada.

Todo iba bien hasta que, ella empeoró, y mi hermana nos pidió ayuda para que la atendiéramos también y le aligeráramos la carga porque ella también tenía obligaciones con sus hijos y su esposo. Por algunos días, algunos de mis hermanos estuvimos atendiéndola, pero después, le fuimos dejando poco a poco la carga a mi hermana y a su esposo, y ella ya no nos dijo nada.

Yo procuré frecuentar a mi madre y estar al pendiente de lo que necesitara, pero también se me hizo pesado, y no iba todos los días.

Llegó finalmente el día en que ella también murió, yo estuve ahí, y la pude acompañar en sus últimos momentos. Sin embargo, algunos de mis hermanos no la alcanzaron, y cuando ellos llegaron ya había fallecido. Se hizo todo lo que comúnmente se hace en estas ocasiones. Todos pusimos algo para los gastos funerarios.

Después, algunos de mis hermanos, comenzaron a reclamarle a mi hermana la posesión de la casa, y ella alega que mi madre se la dejó a ella, e incluso todas sus pertenencias, puesto que tenía además otra casa que ahora permanece rentada. Como ella vivía en la casa materna, pues ella tiene las escrituras.

Yo no estoy seguro si efectivamente fue la voluntad de mi madre lo que nos dice mi hermana. El caso es que, por este motivo, ya varios de mis hermanos se comenzaron a retirar de la casa materna, y ya no van, incluso le han dejado de hablar a mi hermana, y le hacen algunos desprecios. Somos sólo otros dos hermanos y yo los que vamos, y preferimos no hablar del tema de la herencia para que no haya ningún disgusto.

Le quiero preguntar, padre, sobre esta situación que parece muy embarazosa para todos. ¿Qué hago?, o ¿Qué hacemos? Es verdad que está la cuestión de la herencia, pero por otro lado está también la de la unión familiar, que considero es más importante.

Mi posición personal es que, me interesa más la unión familiar, y dado que mis demás hermanos y yo, no nos tomamos la molestia de estar todos los días en la enfermedad de mi madre atendiéndola, pues que mi hermana se quede con todo, dado que ella fue la que le batalló con mi madre.

Felipe Fernández

Felipe:

Gracias Felipe, tu testimonio es algo muy común en nuestras familias mexicanas por la falta de una cultura de la prevención, en este caso, por lo que respecta a la cuestión de los testamentos que, para algunos, es intocable, porque pareciera ser que se está acelerando la venida de la muerte.

Creo que, como tú lo piensas también, lo más importante es la unión familiar, y que, las cosas materiales no deben ser motivo para que el afecto fraternal y de familia, se destruya.

Si tu hermana les ha dicho a ustedes que su madre le dejó todo en herencia, y además, ella tiene las escrituras, lo más conveniente es que, programen en serio, y por el bien de la familia, una reunión para que tu hermana les planteé bien cómo es que está esta cuestión y lleguen ya a un acuerdo; pues de cualquier modo, no creo que con dejar de hablarle vayan a solucionar algo, sino que la distancia es mayor.

Para esto, considero que se necesita un mediador, que sea prudente, calculador, y sin ambición; que vea por el bien de la familia, y no por los intereses personales. Ese, muy bien podrías ser tú, y creo que la primera acción sería, hablar con tu hermana a solas antes de que se reúna con todos los demás para que, teniendo una antesala en este asunto, ella también piense bien en lo que va a decir; pero siempre aclarándole que es por el bien de la familia.

Además, creo que la posición de todos y de cada uno de tus hermanos, debe de considerar que tu hermana fue quien la atendió, quien se desveló y la asistió en cada momento. Por ese lado, no pueden simplemente darle las gracias, sino que, deben de ser justos.

Finalmente -y no por ser lo último deja de ser lo más importante-, recuerda que tus padres los educaron cristianamente y estoy seguro que a ellos les gustaría verlos unidos y que tal vez esto sería un motivo de gran tristeza.

Acércate a Dios, y acerca a tus hermanos a Él nuevamente, confiésense, comulguen, y traten de llevar una vida recta y verán que bien vale la pena recuperar la familia.

P. José de Jesús Ibarra Andrade

ibandrade@yahoo.com

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