Lunes 8 de Noviembre de 2010 por Francisco R. Meza.
1. Reflexionemos un poco sobre el aumento al impuesto de los cigarrillos por sus implicaciones sociales, económicas y de salud pública. En el proyecto de egresos para el próximo año se aprobó un aumento de siete pesos al Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) para los cigarros provocando una reacción natural en las empresas tabacaleras, en los consumidores y el mismo gobierno.
¿Por qué cobrar tanto impuesto a unos simples cigarros?
2. Los cigarros son algunos de los productos que están sujetos a un gravamen especial (IEPS) por diferentes propósitos, casi siempre, con el fin de reducir su consumo.
Todos estamos informados de las consecuencias que trae para la salud el consumo del cigarro. Muchas de las personas que fuman desarrollan enfermedades respiratorias y cáncer. No obstante, siguen existiendo una cantidad considerable de fumadores, más aún, podemos observar que jóvenes inician a más temprana edad a fumar.
De esta manera, se buscan algunos mecanismos para inhibir el consumo; uno de ellos es cargándoles un impuesto mayor con el propósito de que el consumidor tenga que pagar más por este bien para que de acuerdo a la ley de la demanda, al ser mayor el precio se reduzca la cantidad demandada.
En la actualidad el IEPS para los cigarrillos asciende, alrededor, del 160%
¿Y si yo decido fumar?
3. No pocos fumadores cuestionan estas medidas, considerándolas como violatorias de sus decisiones individuales, sin embargo, acciones como estas se toman en respuesta a un problema de salud pública al crecer el número de personas con padecimientos derivados del consumo del cigarro. El Estado, a través de las instituciones de salud, debe ofrecer la atención necesaria; lo cual, implica una gran cantidad de recursos.
Cuando nos encontramos ante un problema de salud pública es necesaria la implementación de una política pública que tendría como una de sus finalidades el mayor beneficio colectivo posible. Ciertamente, no convencerá a todos y algunos, incluso, ser verán de alguna manera afectados, en esta caso, fumadores y los productores de cigarros.
Las tabacaleras no se quedan con los brazos cruzados.
4. Las tabacaleras han tomado diferentes estrategias para no verse severamente afectados. Solamente vamos a citar dos de ellas: la primera, se refiere a la entrega de recursos económicos que entregaba a la Secretaría de Salud para la atención de enfermos por fumar.
La otra estrategia, está fuera de la ley y aprovecha la corrupción de algunos de nuestros legisladores. Se ha conocido que algunas de las principales empresas tabacaleras han sobornado algunos de los legisladores ofreciéndoles viajes para que no voten a favor de aumentar impuestos a los cigarros. Por eso, ahora siempre existirá la duda sobre los legisladores que votan en contra.
Para el presupuesto del 2011 las empresas tabacaleras amenazaron con retirar sus inversiones del país pero inmediatamente las desestimó el Secretario de Salud José Ángel Córdova pues argumentó que es mayor el gasto del gobierno federal en materia de salud.
Al final, siempre hacemos debate.
5. Para el próximo año la cajetilla de cigarros tendrá un incremento en el IEPS de siete pesos y su aprobación en el senado no fue sencilla pues en las comisiones tuvo una votación dividida con cuatro votos a favor, tres en contra y tres abstenciones.
Por otra parte, el consumo del cigarro es el cruce de diferentes perspectivas: tiene aún una relevancia social, sus repercusiones económicas y sus consecuencias para la salud.
Ciertamente, el incremento al impuesto especial de la cajetilla de cigarros es un mecanismo para reducir su consumo que resulta insuficiente; que sigue faltando un política pública de salud en esta materia pero todavía es mayor la responsabilidad de la sociedad para no incentivar una práctica que a todas luces resulta nociva.