
El nos arrancó del poder de las tinieblas y nos trasladó al Reino de su Hijo amado.
En él nos encontramos liberados y perdonados.
El es la imagen del Dios que no se puede ver,
y para toda criatura es el Primogénito,
porque en él fueron creadas todas las cosas
en el cielo y en la tierra,
el universo visible y el invisible,
Tronos, Gobiernos, Autoridades, Poderes…
Todo fue hecho por medio de él y para él.
El existía antes que todos,
y todo se mantiene en él.
Y él es la cabeza del cuerpo, es decir, de la Iglesia,

para que estuviera en el primer lugar en todo.
Así quiso Dios que “el todo” se encontrara en él”
y gracias a él fuera reconciliado con Dios,
porque la sangre de su cruz ha restablecido la paz
tanto sobre la tierra como en el mundo de arriba.
Biblia Latinoamerica / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México