La voz que me había hablado desde el cielo se dirigió de nuevo a mí y me dijo: “Acércate al ángel que está de pie sobre el mar y la tierra, y toma el librito que tiene abierto en la mano.
Me acerqué al ángel y le dije que me diera el librito. Me respondió: “Toma, cómetelo; en tu boca será dulce como la miel, pero te producirá acidez en el estómago.
Tomé el librito de la mano del ángel y me lo comí; en la boca era dulce como la miel, pero cuando terminé de comerlo se me volvió amargo en el estómago.
Entonces me dijeron: “Tienes que profetizar de nuevo amenazando a muchos pueblos, naciones, lenguas y reinos
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México.