Comentario al numeral 132 del documento: “Qué en Cristo nuestra paz México tenga vida digna”: En Cristo no hay lugar para la violencia.
Por Juan Revilla.
Desde un punto de vista mundano, muchos tienen razón en decir que los católicos cristianos no damos testimonio de creer en Cristo; pues los malos actos que vemos muy común en las calles, colonias y sociedad son efectuados por la mayoría de católicos cristianos, excesos en el alcohol, excesos en la droga, pandillerismo, tranzas, adulterios, violencia, intrafamiliar, robo etc. etc.
Quizá se pregunte ¿porqué este planteamiento?, analizando el numeral 132 que el episcopado mexicano publicó en el documento “Qué en Cristo nuestra paz México tenga vida digna”, el episcopado interpela nuestra fe y nuestro testimonio, cierto es que somos cristianos porque creemos en Cristo, pero si vamos ahondando en las enseñanzas de Cristo Jesús, muchos de nuestros malos hábitos y costumbres serían contrarias a las enseñanzas de Cristo, por lo tanto diría San Pablo estaríamos descalificados para ser cristianos; cito el numeral 132 tal cual:
132. La persona de Jesús es pues para nosotros, en sí misma, una buena noticia
de vida. El Evangelio lo presenta como quél que con su vida y su persona empieza a hacer realidad la esperanza judía del shalom definitivo y la promesa del Reino de Dios (Cf. Lc 1,79; 2,14-19). Con ello, propone una instancia crítica respecto a un sistema político que sacralizaba y divinizaba la persona
del emperador y su actuación que implicaba la imposición violenta de la paz. El evangelista san Lucas anuncia la verdadera paz que trae Jesús, que es para todos y que significa una alegría sin excepciones (Cf. Lc 2,10). Con su compasión, el Señor inaugura el Reino de vida ofrecido a todas las personas,
especialmente a las más pobres y a las que sufren, haciéndonos saber que Dios no tiene nada que ver con la violencia o con la muerte que imperan en el mundo, porque es Dios de vivos, es el Dios de la vida (Cf. Mc 12,18-27).
Si Cristo es una buena noticia ¿Por qué actuamos como si no lo fuera?, la indiferencia vivida en nuestras celebraciones eucarísticas nos reclaman, gente sin respeto entra a la asamblea, algunas damas peinando a sus hijas en plena celebración, no participan contestando el rito, en el sermón voltean para todos lados, no sé si sea para buscar gente conocida, al momento del credo no se profesa etc. etc; si esto es en nuestra celebración principal que será cuando no se está en misa , actos que no se alcanzan a razonar como es que nos decimos cristianos; los evangelios nos dejan la pauta para vivir en esperanza y en paz, plenos y llenos de amor si se práctica, el shalom es una palabra que en nuestra cultura mexicana cristiana todavía no es madura, falta penetrar en el significado de las palabras de Jesús.
En este mes se ha estado proclamando en nuestras celebraciones eucarísticas el evangelio de la misericordia, San Lucas y sin embargo no entendemos muchos católicos cristianos como ser misericordioso como Cristo, la parábola del hijo prodigo, el banquete de epulón, el administrador infiel, el buen samaritano y muchas más van marcando la importancia del actuar del cristiano, la paz que debe uno de promover y el amor al próximo se puede quedar en una creencia vacía, sin vida, letras muertas que no mueven a nada.
Un aspecto final que arponea el episcopado es cuando nos dice que en todo el mundo siempre cuestionan a Dios de ¿por qué pasan tantas cosas?, con vergüenza y dignidad, diríamos: ¡porque yo soy malo!, porque yo soy el violento, no me lo manda Dios, porque soy convenenciero y sólo aplico el evangelio a mi entera conveniencia; porque yo no amo a México, porque no me interesa más que mi persona y ya.
Vale la pena reflexionar: ¿quién es mi modelo de vida?, ¿promuevo la paz entre los mexicanos?, ¿qué representas los demás para mí?, ¿qué espero de México?, ¿qué es ser un verdadero cristiano? Amigos hoy que muchos hombres y mujeres están teniendo un encuentro personal con Cristo Jesús, debemos de dar la oportunidad a esos que han tenido ese encuentro y no ser piedra de tropiezo para que regresen a ser los mismos de siempre, son hombres nuevos, generemos condiciones de paz, de testimonio para que estos tocados por dios inicien una vida de santificación de ahora en adelante, esto se reflejará en su persona, familia y sociedad y juntos vivamos una Iglesia viva y testimonial en Cristo Jesús.