Yavé respondió a Job en medio de la tempestad, y le dijo:
¿Has mandado una vez en tu vida a la mañana
o indicado a la aurora su lugar,
para que tome los bordes de la tierra
y eche fuera de ella a los malhechores?
El suelo entonces toma un color de arcilla
y se tiñe de rojo como un vestido.
Les quita su luz a los malvados
y quiebra el brazo que iba a matar.
¿Has llegado hasta donde nace el mar
y paseado por el fondo del abismo?
¿Se te han mostrado las puertas de la muerte?
¿Has visto los porteros del país de la sombra?
¿Has medido las llanuras inmensas?
¡Indícalo, si lo sabes!
¿Por dónde se va a la morada de la luz
y de dónde salen las tinieblas?
Si sabes ir hasta su casa,
podrías encaminarlas hasta allá.
Pero lo sabes, pues naciste antes que ellas
y grande es el número de tus días.
Y Job respondió a Yavé:
Hablé con ligereza, ¿qué te contestaré?
Prefiero ponerme la mano ante la boca.
Hablé una vez…, no volveré a hacerlo;
dos veces…, no añadiré nada.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México