Pero, si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje,
idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, ambición, divisiones, disensiones,
rivalidades, borracheras, comilonas y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios.
En cambio el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad,
modestia, dominio de sí; contra tales cosas no hay ley.
Pues los que son de Cristo Jesús, han crucificado la carne con sus pasiones y sus apetencias.
Si vivimos por el Espíritu, sigamos también al Espíritu.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México