Para ser libres nos ha liberado Cristo. Manteneos, pues, firmes y no os dejéis oprimir nuevamente bajo el yugo de la esclavitud.
Soy yo, Pablo, quien os lo dice: Si os circuncidáis, Cristo no os aprovechará nada.
De nuevo declaro a todo hombre que se circuncida que queda obligado a practicar toda la ley.
Habéis roto con Cristo todos cuantos buscáis la justicia en la ley. Habéis caído en desgracia.
En cuanto a nosotros por el Espíritu y la fe esperamos la justicia anhelada.
Porque siendo de Cristo Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión tienen eficacia, sino la fe que actúa por la caridad.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México